Clave del 2 de diciembre de 2016

Es relativamente común que padres y madres compartan el cuarto y la cama con los hijos e hijas durante la infancia temprana.  Cerca del 75 porciento de los padres y las madres realizan esta práctica.  Aproximadamente, la mitad de este porcentaje todavía duerme con sus hijos e hijas más allá de los tres meses luego del nacimiento.  Luego de lo seis meses, sólo uno de cada cuatro niños permanece en la habitación con sus padres y madres.  La comunicación adecuada entre los cónyuges es necesaria para que este tipo de arreglo funcione bien en la familia.  Al momento de decidir dónde los infantes deben dormir, los cónyuges deben asegurar que ambos están de acuerdo con esta práctica y comprometerse con que harán lo que tengan que hacer para cultivar y promover la intimidad y relación de pareja de formas alternas.

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