Escuché a un joven una vez decirle a su esposa, ‘No puedo controlarte. ¡Ese es el problema y siempre ha sido el problema desde el día uno!’ Y luego la escuché a ella responderle con una voz terrible, ‘¡No!’, dijo. ‘El problema no es que no puedas controlarme, el problema es que estás tratando de hacerlo. ¿Por qué no dejas de preocuparte por controlarme y comienzas a preocuparte por controlarte a ti mismo?’