Muchos de los conflictos de pareja se relacionan con la forma en que los cónyuges están manejando la sexualidad. Sin embargo, los problemas en la sexualidad podrían estar intrínsecamente atados a otros problemas en la relación. O sea, cuando las parejas tienen problemas de índole sexual, la relación sufre. Asimismo, cuando existen otros conflictos en la relación, la sexualidad se podría ver afectada. En
terapia de parejas, se evalúa de forma holística las circunstancias de la relación y se conducen procesos que atienden los conflictos de pareja, incluyento los que se relacionan con la sexualidad. Los problemas en la sexualidad tienden a disolver la relación. Es importante atenderlos a tiempo.
Relación con el proceso terapéutico
- Evaluar la función sexual de la relación permite identificar áreas de satisfacción e insatisfacción que, de otro modo, podrían quedar ocultas, pero que impactan de forma directa la calidad del vínculo de pareja.
- La sexualidad es un canal central de intimidad, afecto y comunicación; explorarla ayuda a comprender cómo la pareja expresa cercanía, deseo, ternura y cuidado mutuo.
- Muchas dificultades sexuales son síntomas de otros problemas relacionales (conflictos, resentimientos, estrés, traumas previos); abordar la función sexual ayuda a revelar y trabajar estos factores de fondo.
- La exploración respetuosa del área sexual normaliza el tema, reduce la vergüenza y el silencio, y abre la puerta a conversaciones más honestas y profundas entre los miembros de la pareja.
- Evaluar la sexualidad permite adaptar el tratamiento a las necesidades específicas de la pareja, integrando intervenciones psicoeducativas, comunicacionales y, cuando sea necesario, referidos a otros profesionales de la salud.
- La mejora de la función sexual, cuando es relevante, suele tener efectos positivos en la autoestima individual, en el sentido de conexión emocional y en la estabilidad general de la relación.
- Incluir la sexualidad en la evaluación transmite el mensaje de que se trata de una dimensión legítima y saludable del vínculo, y refuerza una visión integral de la pareja como sistema bio-psico-social.
