No me siento atraído hacia mi esposa, ¿me debo divorciar?

Mi esposa y yo tenemos unos 30 años de edad. Cuando nos conocimos, ambos teníamos dudas sobre el matrimonio, pero nuestras respectivas familias nos empujaron a hacerlo. Llevamos casi tres años casados. Cuando la conocí por primera vez, ya llegaba tarde al matrimonio y tener hijos era mi máxima prioridad. Durante nuestro noviazgo, aunque no la encontraba muy atractiva físicamente, teníamos una buena comprensión y química mental. Cada vez que la veía, sentía que había un problema con su físico, pero no podía identificarlo.

Me siento cada vez más frustrado por no sentirme atraído por ella. Tiene una voz gruesa y, a veces, una personalidad tosca, casi varonil. No hemos tenido absolutamente ninguna relación física durante los últimos 2 años, principalmente porque uso alguna excusa. No quiero tener hijos y comprar una casa con ella hasta que decida si voy a permanecer en esta relación. La frustración se agrava cuando salgo y veo otras mujeres atractivas. Me siento deprimido y pienso que merezco algo mejor.

Tengo una conexión profunda, emocional y mental con ella, pero comencé a pensar en el divorcio casi inmediatamente después de casarme. Sin embargo, dudo cuando pienso en lastimarla sin culpa suya, el impacto que tendría en su familia y el apoyo financiero que ella brinda. No he hablado de nada con ella hasta este momento. Ella es una persona muy agradable, pero no estoy feliz. No se qué hacer.

Respuesta del Psicólogo

Se podría decir que la mayoría de las personas en las culturas occidentales se casan por amor romántico, que a menudo se basa en la atracción y la pasión sexual. Se ha escrito mucho sobre cómo la pasión sexual suele desvanecerse con el tiempo, y no faltan artículos y libros que ofrecen consejos sobre cómo «mantener viva la chispa sexual» dentro de una relación. En culturas con matrimonios arreglados, se le da mucha menos importancia al amor romántico y la atracción sexual, y los cónyuges se emparejan según lo dispuesto por la familia. En cierto modo, parece como si estuvieras atrapado, tú familia impulsó el matrimonio, pero valoras la atracción y la pasión sexual como pilares de la relación.

Ahora bien, incluso entre cónyuges que comienzan felizmente intoxicados por la pasión sexual, ciertos eventos pueden hacer que con el tiempo se empiecen a ver de manera muy diferente. Las peleas feroces, la infidelidad o los cambios sustanciales en la apariencia son ejemplos de los tipos de factores que erosionan la atracción sexual entre los cónyuges. Una vez que surgen las dudas sobre la relación, puede resultar muy difícil volver a sentimientos compartidos de pasión sexual. Muchas parejas optan por permanecer juntas debido a los hijos, las obligaciones o la dependencia compartida. Aunque todavía no tienen hijos, parece que estás experimentando algunos de estos factores.

Infortunadamente, parece poco probable que desarrolles atracción y pasión sexual cuando éstas han faltado desde el principio. Entonces, la pregunta fundamental es si estás preparado para compartir el resto de tu vida con tu esposa con los sentimientos y pensamientos que tienes ahora. Sospecho que la respuesta es «no».

Muchas veces las personas esperan hasta que la situación se vuelva lo suficientemente mala como para que permanecer en el matrimonio parezca peor que dejarlo. Sin embargo, de cualquier manera cabe preguntarse, ¿el divorcio sería menos perjudicial para tu esposa en el futuro que lo que sería ahora?

Por supuesto, sólo tú puedes tomar una decisión tan importante sobre el futuro de tu matrimonio. Puede resultar útil pensar en el largo plazo, en lugar de en las repercusiones inmediatas. Si sabes que eventualmente te irás, posponer esa decisión probablemente solo los lastime más en lugar de ayudarlos a ambos.

Qué todo salga bien.

Por favor, lea nuestro Relevo de Responsabilidad.

La ruptura traumática

 

Estoy pasando por una ruptura traumática. Sólo quería saber cómo puedo seguir adelante a pesar de este momento tan difícil.

Respuesta del Psicólogo

Una de las verdades incómodas sobre las relaciones es que en algún momento podrían llegar a su fin, a veces por nuestra propia elección y otras por formas totalmente fuera de nuestro control. De todos modos, la pérdida de alguien a quien amamos, la pérdida de sueños forjados durante toda una vida, la pérdida de planes y proyectos conjuntos, puede causar un trauma a menos que podamos encontrar formas de sobrellevar la situación y eventualmente recuperarnos.

Una de las formas de limitar la cantidad de trauma que experimentamos es comenzar a escuchar realmente la conversación que tenemos con nosotros mismos después de una ruptura o un divorcio. Necesitamos escuchar lo que nos decimos a nosotros mismos sobre la pérdida. Necesitamos escuchar lo que nos decimos referente a nuestras fortalezas y sobre nuestro autoconcepto. Estas son algunas de las conversaciones comunes que he encontrado que mis clientes tienen consigo mismos en momentos como estos y que comúnmente resultan después de una ruptura.

¡No puedo vivir sin él! Tengo que tenerlo en mi vida

Este es uno de los pensamientos más comunes que tenemos inmediatamente después de una ruptura y que nos provocan sentimientos de desesperación y pánico. Aquellos a quienes amamos se convierten en partes muy importantes de nuestras vidas. Pero debemos recordar que no importa cuán cerca estuviera esa persona de usted, hubo un momento en su vida en el que esa persona no estaba presente. Hubo vida antes de que los conocieras. Sobreviviste sin ellos el tiempo suficiente para finalmente conocerlos. Es importante que la conversación contigo misma involucre que te digas a ti misma que puedes estar bien sin él. Hay significado para tu vida fuera de tu relación, tal vez simplemente lo perdiste de vista en el camino. Piénsalo.

Haré lo que sea necesario para recuperarla

He oído esto muchas veces en mi carrera. Es un pensamiento muy común en los hombres. El miedo a estar solos o la necesidad de evitar la pérdida que estamos experimentando pueden ser suficientes para hacernos caer en ansiedad y desesperación. La verdad absoluta es que no podemos recuperarnos de la pérdida de una relación hasta que aceptemos que la pérdida ha ocurrido. Permitirse aceptar la verdad sobre lo sucedido puede ser una de las cosas más difíciles de hacer. Puedes permanecer en la negación, negociar, pedir perdón y prometer que las cosas serán diferentes, pero hasta que no aceptes la realidad de la situación, no podrás empezar a recuperarte.

¿Volveré a encontrar a otra persona?  

Ser abandonado o perder una relación puede provocar fácilmente sentimientos de duda y culpa, y puede afectar severamente la sensación de valía propia. Podemos convencernos fácilmente de que un rechazo conducirá a otro y a otro y finalmente al resultado final de estar solos por el resto de la eternidad. La verdad es que ser rechazado duele. Es tentador llegar a la conclusión, en esa conversación contigo mismo, de que algo anda mal contigo. Casi todas las rupturas que he visto han sido el resultado de una responsabilidad compartida. Con esto quiero decir que rara vez es culpa o error de una sola persona. Estar en una relación significa que ambas personas deben proporcionar un entorno saludable para que exista la relación. Si una o ambas personas no pueden hacer esto, es poco probable que la relación sobreviva. Tu conversación contigo mismo debe considerar tu cuota de responsabilidad, pero definitivamente también reconocer la del otro.

No puedo estar solo 

El miedo a la soledad es generalizado en la sociedad. En mi práctica profesional, he encontrado esta situación más aguda en el caso de las mujeres. Iniciar una nueva relación inmediatamente después de una ruptura devastadora suele ser una mala respuesta a cómo te sientes. A menudo hacemos esto para evitar esos sentimientos de soledad. Pensamos que si podemos preocuparnos por un nuevo interés amoroso, éste nos rescatará de sentimientos difíciles. La verdad aquí es que ahora estás lidiando con el estrés de una nueva relación y llorando la anterior al mismo tiempo. Eso realmente puede arruinar lo que en realidad podría haber sido la relación adecuada. Necesitamos tiempo para lamentar nuestras pérdidas. Necesitamos tiempo para recuperar las enseñanzas que la experiencia pasada nos dejó. Necesitamos tiempo para estabilizarnos. La cantidad de tiempo de cada persona es diferente. La conversación contigo mismo debe abordar dónde te encuentras emocionalmente en tu recuperación. Considera las siguientes preguntas de reflexión: ¿Sigues pensando en la persona anterior a diario? ¿Aún tienes miedo y te sientes solo? ¿Has crecido lo suficiente como para crear un lugar saludable para que sobreviva la próxima relación?

Cualquiera que esté pasando por una ruptura puede empezar por prestar atención a aquello que se dice a sí mismo. Habla en voz alta si es necesario. Date el espacio y el tiempo para comenzar tu proceso de recuperación. Averigua si existen grupos de apoyo en tu área. Visita a tu psicólogo/a de cabecera.

Qué todo salga bien.

.

Por favor, lea nuestro Relevo de Responsabilidad.