En el matrimonio, cada cónyuge debe ser un alentador más que un crítico; un perdonador más que un cobrador de heridas; un facilitador más que un reformador.

En el matrimonio, cada cónyuge debe ser un alentador más que un crítico; un perdonador más que un cobrador de heridas; un facilitador más que un reformador.

En el matrimonio, cada cónyuge tiene que ser un alentador en lugar de crítico; indulgente en lugar de coleccionista de dolores; facilitador en lugar de reformador.
