Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
Por: Proverbio
Guárdame de quien tengo puesta mi confianza, que de quien desconfío, me guardaré sola.
Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
Guárdame de quien tengo puesta mi confianza, que de quien desconfío, me guardaré sola.