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Los eventos positivos típicamente sobrepasan los negativos en las vidas diarias de las personas. Una reacción común luego de experimentar un evento positivo es el deseo de compartir las buenas noticias con otra persona, preferiblemente alguien significativo. La capitalización es el proceso relacional de disfrutar los eventos positivos de la vida al compartirlos con una pareja responsiva. Así que diariamente comparte con tu pareja el mejor o los mejores eventos de tu día y pídele que haga lo mismo. Esta acción provocará un efecto positivo en ambos/as y mejorará la relación. Incluso, en el medio de períodos de adversidad, el compartir con la pareja los eventos positivos del día mejora el bienestar de la relación independientemente de los eventos negativos que también hayan acontecido. Es meritorio señalar que tan importante como compartir los eventos positivos lo es la reacción de la persona a quien se les comparten, la cual debe ser una cargada de empatía y solidaridad. La capitalización ha sido asociada a un aumento en la autoestima, disminución de la sensación de soledad, mejoría del estado de ánimo, aumento en la satisfacción de vida, mejoría de la calidad de la relación, fortalecimiento del compromiso, aumento en la sensación de seguridad y estabilidad, y mejoría en la intimidad y conexión emocional.

La calidad de las relaciones y su impacto en la salud de los hombres

Un estudio publicado en el Journal of Epidemilogy & Community Health, y llevado a cabo por Ian Bennett-Britton, Alison Teyhan, John Macleod, Naveed Sattar, George Davey Smith y Yoav Ben-Shlomo, sugiere que la calidad de las relaciones de pareja tienen un efecto positivo en la salud de los hombres, y que, por lo tanto, los hombres más saludables tienden a estar en relaciones más felices.  Esta investigación midió los altibajos en las relaciones durante un período aproximado de seis años, y los comparó con la salud cardiovascular de los casi 2,000 participantes. Los hombres que informaron que sus relaciones habían mejorado con los años poseían unos niveles más bajos del colesterol malo –LDL– comparado con aquellos que indicaban estar en malas relaciones, quienes observaron tener unos niveles de presión sanguínea más altos.  Todavía hay mucho por conocer acerca del vínculo entre la calidad de las relaciones y la salud cardiovascular, pero esta investigación muestra evidencia de que trabajar para mejorar las primeras tiene un efecto positivo en la última.