La terapia individual versus la terapia de parejas

Si te estás preguntando si la terapia de parejas funciona, la contestación podría depender de muchos factores, uno de ellos es si tu pareja está tan dispuesta como tú a entrar en tratamiento. Si tu pareja se muestra aprensiva, tal vez, sea conveniente asistir a terapia individual e intentar cambiar así la dinámica en tu relación, además, podrías estarle modelando la acción que interesas introducir. Sin embargo, la evidencia científica nos dice que la terapia de parejas es más efectiva que la terapia individual cuando de asuntos de pareja se trata. Al momento de los cónyuges asistir a terapia juntos, tendrán la oportunidad de trabajar en las dinámicas  que se están dando en la diada, lo que tiende a incrementar la probabilidades de éxito.

Disposición para la terapia de parejas

El cambio es condición fundamental en el proceso terapéutico. Un punto crucial de comienzo en el proceso terapéutico es la determinación de la necesidad de cambio desde la perspectiva de cada cónyuge. Se espera que las parejas que asisten a terapia posean una predisposición para el cambio, esto es, que hayan realizado un compromiso en esa dirección tanto para sí como con la pareja, a los efectos de incorporar los ajustes que sean necesarios para hacer que la relación funcione. Infortunadamente, éste no es siempre el caso. Los cónyuges podrían encontrarse en diferentes etapas del cambio al momento de llegar al consultorio: precontemplación, contemplación, preparación, acción, mantenimiento o terminación. Muchas personas asisten a terapia con la convicción de que quien tiene que realizar cambios es la otra y no ellas. El psicólogo les puede ayudar a determinar en qué etapa se encuentra cada cuál y cuan preparados están para el cambio previo a entrar en tratamiento.