Por: Tucker Elliot

Invertí la mitad de mi infancia tratando de ser como mi papá, como casi todos los muchachos, creo. Esto cambió en la adolescencia. Lo menos que quería era ser como mi papá. Fue al convertirme en un hombre que me di cuenta de cuán suertudo había sido. Valieron unos pocos golpes en mi vida para darme cuenta que lo único que mi papá quiso o para lo que trabajó fue para darme la oportunidad de ser mejor que él.

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