La equidad debe existir en las relaciones de pareja. Equidad no necesariamente implica igualdad de condiciones, sino más bien condiciones justas. Si uno de los cónyuges trabaja fuera y el otro no, no son condiciones justas esperar que el que trabaja fuera cumpla con las labores domésticas en la misma proporción que el cónyuge que no trabaja fuera. Por otro lado, son condiciones justas que si tu pareja necesita trabajar más horas en su empleo, tú asumas el rol de chófer o de chef. En ese mismo ánimo, si tú debes dedicarle más tiempo a tu padre o madre anciana, son condiciones justas que tu pareja se ocupe de las labores en el hogar. Lo que importa es que a la larga, el balance sea justo y equitativo.