Los orgasmos en las mujeres deben ser experienciados cuando estos sean deseados y no deben ser considerados como algo que los hombres le ‘dan’ como muestra de su pericia.
Los hombres que tienen sexo con mujeres definitivamente juegan un rol importante en la consecución de un orgasmo por parte de estas últimas. Sin embargo, para muchos hombres, su interés en el orgasmo en las mujeres radica más en el sentirse bien acerca de su masculinidad y sus habilidades amatorias que en el placer de la mujer en sí. Esto podría explicar el porqué muchos hombres se sienten presionados a provocar orgasmos en las mujeres y también podría explicar el porqué muchas mujeres fingen los mismos; estas entienden que sus orgasmos básicamente sirven para alimentar el ego de sus parejas.
Los hombres tienden a sentirse más hombres cuando la mujer con la que están teniendo sexo alcanza el clímax, máxime cuando la mujer posee un historial de pocos o ningún orgasmo con parejas anteriores. Infortunadamente, esto también podría contribuir a la poca receptividad que muestran muchos al “feedback” de las mujeres acerca de cómo mejorar sus destrezas sexuales, toda vez que esto podría representar una amenaza a la autoestima, abonando así a un sentimiento de incompetencia o de falta de masculinidad. Así las cosas, podemos ver que la masculinidad heteronormativa es, por lo tanto, un problema tanto para hombres como para mujeres y necesita ser atendido desde la perspectiva social y personal.
Los orgasmos en las mujeres deben ser experienciados cuando estos sean deseados y no deben ser considerados como algo que los hombres le “dan” como muestra de su pericia. Es claro que ideas culturales acerca de la masculinidad presionan a los hombres para que sientan que deben cumplir con un modelo preestablecido que termina siendo negativo para la sexualidad de la pareja.