Imagina las siguientes dos situaciones: 1) ‘Oye, ¿qué pasó con el asunto que se supone ibas a atender el viernes pasado? ¡Me estás atrasando en mis labores!’, 2) ‘Oye, me estoy atrasando y sintiendo un poco estresada debido a que tal asunto todavía no se ha atendido’.
Según la teoría de la comunicación interpersonal, es más probable que alguien que escuche el primer planteamiento se sienta atacado, a la defensiva y resentido. Es probable también que se sienta culpable injustamente y, por lo tanto, tal vez no coopere con la otra persona. Por el contrario, es más probable que alguien que escuche el segundo planteamiento sienta cierta vergüenza, se disculpe y trate de resolver la situación lo antes posible. ¿Entonces cuál es la diferencia entre un planteamiento y otro? En ambos casos, la persona señala que un asunto no se ha resuelto y que eso está causando problemas. La diferencia es que en el primer escenario, la persona usa lo que los expertos en comunicación llaman ‘expresiones tú’. Sus afirmaciones son frases que comienzan con el pronombre ‘tú’ e implican que el oyente es personalmente responsable de algo. En el segundo escenario, la persona usa lo que se llama ‘expresiones yo’, que, a pesar del uso del pronombre ‘yo’, atribuyen parte de la responsabilidad de la situación al hablante. La comunicación entre los cónyuges es mejor cuando hablan entre sí usando ‘expresiones yo’ en lugar de ‘expresiones tú’. Haz lo posible, por lo tanto, por sustituir las ‘expresiones tú’ por ‘expresiones yo’. Así, en lugar de agredir, manifiestas sentimientos que el otro o la otra debe respetar.