Entonces la verdad es esta: un buen hombre puede sólo aspirar a ser merecedor de una buena mujer. Ella siempre estará fuera de su alcance de maneras que él nunca entenderá. Pero si es sabio, lo apreciará aunque no lo entienda.

Entonces la verdad es esta: un buen hombre puede sólo aspirar a ser merecedor de una buena mujer. Ella siempre estará fuera de su alcance de maneras que él nunca entenderá. Pero si es sabio, lo apreciará aunque no lo entienda.