Un estudio científico de 2016 compara el amor romántico con los procesos fisiológicos que se dan en una «adicción natural».
Según la antropóloga biológica Helen E. Fisher, el amor romántico es una «adicción maravillosa y muy poderosa cuando las cosas van bien». Cuando las personas se enamoran, sus cerebros liberan hormonas que pueden hacerles sentir eufóricas, que es un sentimiento que suele “engancharles” tal y como ocurre en una adicción natural. Los investigadores explican que esto sucede porque el sistema de recompensa de dopamina en nuestro cerebro se activa con el amor romántico, al igual que se activa con otros comportamientos adictivos. Todavía esta conducta no está reconocida como una adicción formalmente, pero ciertamente este estudio arroja luz sobre posibles investigaciones futuras en este tema y explica en cierta medida «las cosas que las personas están dispuestas a hacer en aras del amor».