Soy un hombre de 35 años de edad. La situación es que no puedo confiar en nadie. A través de mi vida he tenido muchas experiencias y no considero que se pueda confiar en las personas. He visto continuamente que la gente tiende a utilizar a los demás. Una vez han obtenido lo que desean, las echan a un lado. A pesar de esto, como todo el mundo, me gustaría poder sentirme cercano a alguien, poder tener una relación adecuada, pero como se me hace difícil confiar en los demás, no veo cómo esto pueda ser posible. Esta situación me provoca una gran ansiedad y desesperanza en el futuro. Me pregunto cómo puedo confiar en los demás sin tener que pasar por una decepción nuevamente y el sufrimiento que esto conlleva.
Respuesta del Psicólogo
El no poder confiar podría conllevar el distanciamiento emocional y, en ocasiones, físico. La confianza entonces se convierte en, tal vez, el aspecto más importante en las relaciones de pareja. La inhabilidad para confiar resulta ser dañino para la salud de una relación. Este elemento en las relaciones es uno de los más frágiles debido a que es de difícil construcción, pero de fácil rompimiento. Es por eso que la tendencia a desconfiar es algo relativamente común entre las personas. Las razones más frecuentemente citadas son experiencias negativas previas que las han conducido a la decepción por entender que fueron traicionadas en la confianza que alguna vez depositaron en alguien. Pero no siempre la inhabilidad para confiar se relaciona con este tipo de experiencia negativa, en ocasiones, su origen se remonta al tipo de vínculo que tuvimos con nuestros padres, madres o cuidadores. El que las personas a nuestro alrededor fallaran en cuidarnos adecuadamente mientras éramos infantes, o de fomentar una relación de apego saludable, podría impactar nuestra confianza en los demás más tarde en la vida. Por supuesto, existen otros factores, e incluso, podría darse una combinación de estos.
Sin embargo, la buena noticia es que a pesar de todo esto, es posible reaprender a confiar. El habernos sentido traicionados en el pasado puede llevarnos a experimentar sentimientos opuestos, como el querer confiar, pero al mismo tiempo alejarnos para sentirnos seguros y no vulnerables. Lo importante es entender que la necesidad de confiar y de sentirnos cercanos a los demás está en todos nosotros y nosotras. Es importante reconocer lo anterior y adueñarnos de ese sentimiento. Es importante no conformarnos con sacrificar nuestra felicidad y vivir en soledad en función de una aparente seguridad de que no vamos a ser heridos. Es importante también tener la disposición de tomar riesgos y salir del pasado. Ciertamente, podríamos ser dañados nuevamente, pero el daño podría ser más a consecuencia de haber creado unos apegos pocos saludables y una relación de codependencia, más que por la traición en sí. Debemos siempre recordar que todo aquello que no nos mate, nos hará más fuerte.
Así que permítete el privilegio de crecer, toma tu tiempo antes de confiar plenamente en alguien, y ten la disposición de hablar acerca de tus reservas, miedos, y expectativas. Para muchas de las parejas con quienes trabajo, y donde uno de los cónyuges ha sido víctima de infidelidad, esa persona comúnmente necesita espacio para sanar y sentirse segura nuevamente con su pareja antes de tan siquiera comenzar un diálogo sobre la reconstrucción de la confianza.
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