El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.

El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral.