Un nuevo año ha llegado y para muchas parejas representa el inicio de un nuevo ciclo o de una nueva etapa en sus vidas. En ocasiones, este momento es el que muchas personas escogen para replantearse la relación. Replantearse la relación podría indicar el reconocimiento de las fortalezas y/o retos que tiene la misma, al tiempo que se analiza si ésta se encuentra en un punto de quiebre o, por el contrario, de crecimiento.
Conocemos el valor de establecer metas y trabajar duro para alcanzarlas.
El nuevo año podría representar el momento oportuno para establecer metas en lo personal, en la relación, en la familia, en las finanzas o en el empleo. Concentrémonos de momento en lo que respecta a metas para la relación de pareja. Conocemos el valor de establecer metas y trabajar duro para alcanzarlas. Lo hacemos constantemente en lo que se refiere a metas profesionales, metas relacionadas con la salud o metas que se relacionan con alcanzar algo que se considera importante, pero rara vez incluimos esfuerzos que se relacionen con el fortalecimiento del vínculo marital. Entonces ¿por qué no tomar este momento para incluir este asunto entre las resoluciones del nuevo año?
Establecer metas para la relación es un proceso que se lleva a cabo en conjunto. ¿Por qué? Al proveerle a tu pareja el espacio para que se exprese como es y para que exponga sus sueños y aspiraciones, aumentará el entendimiento mutuo y mejorará el proceso de comunicación. También, habrán menos malos entendidos, resentimientos y conflictos debido a que cada persona se sentirá escuchada y verá sus necesidades validadas. En este sentido, ambos cónyuges necesitan trabajar como equipo y con sentido de propósito. Cuando obramos con sentido de propósito en un contexto de pareja, tenemos claro lo que queremos y las razones por las cuales estamos en la relación, además de actuar de manera que nuestras acciones mejoren la vida de la otra persona.
Ambos cónyuges necesitan trabajar como equipo y con sentido de propósito.
La mayoría de las parejas están de acuerdo en que lograr una relación feliz y enriquecedora es el objetivo final, pero para llegar ahí es necesario trabajar para ello estableciendo metas a corto plazo. Una de las primeras metas que los cónyuges podrían considerar es determinar qué cosas podrían hacer diariamente en favor de la relación. Los cónyuges pueden involucrarse en un proceso reflexivo acerca de la forma en que están amando a su pareja y qué áreas necesitan mejorar.
Retomemos, por ejemplo, el concepto del trabajo en equipo. Las personas que conforman un equipo conocen que sus acciones individuales afectan al equipo completo. Es lo mismo en las relaciones de pareja. Quienes componen un buen equipo se apoyan mutuamente, confían unos en otros, se comunican adecuadamente y fomentan el compromiso. Incorporar el concepto del trabajo en equipo en la relación podría ser otro de tus objetivos para este año. No olvides realizar un plan acerca de cómo lograrlo.
Los cónyuges pueden involucrarse en un proceso reflexivo acerca de la forma en que están amando a su pareja.
Ya hemos hablado del apoyo mutuo y del trabajo en equipo como metas que podrías establecer en tu relación. Pero ¿qué tal establecer la meta de hacer una cita romántica una vez a la semana o, tal vez, hacer aquello que siempre han querido hacer y que no han podido? Tal vez, se pueden proponer ahorrar algo de dinero para tomar unas vacaciones a solas y que tenga sólo en propósito de disfrutarse mutuamente, o ingresar en algún programa terapéutico del que tanto han hablado.
No importa las metas que se establezcan, recuerda ser flexible, realizar un plan y evaluarlo periódicamente con el fin de determinar si necesita ser ajustado o rediseñado. Siempre ten presente que tu relación vale la pena. ¡Comienza a vivirla de forma auténtica! Planifica tu vida en pareja. Establece metas. ¡Una relación feliz y gratificante es posible!