Esta película, nominada al premio Oscar en dos ocasiones, representa lo que en inglés se conoce como un “triple threat” para Woody Allen, o sea, él mismo actúa, escribe y dirige. Este largometraje tal vez sea uno de sus más grandes logros, aunque podría ser necesario verlo por segunda vez para realmente captar todos sus elementos.
Esta película puede que no apele a todo público, sin embargo, con toda probabilidad sí apelará a aquellos más maduros. Woody Allen, además de ofrecernos una excelente calidad actoral, nos brinda un panorama disectado de los efectos negativos de una relación a largo plazo: familiaridad, infidelidad, indiferencia, estancamiento, hastío, desinterés.
El resto de las actuaciones son excelentes, como es usual en las películas de Allen. Un ejemplo lo es el desempeño de primer orden de Sydney Pollack y Judy Davis, quienes personifican una pareja a punto de la separación y que le muestran su vulnerabilidad a los personajes que interpretan Woody Allen y Mia Farrow.
Esta es una historia madura contada a través de distintos recursos cinematográficos; en ocasiones se recurre a la técnica del documental donde los personajes ofrecen sus propias perspectivas mientras le cuentan al psicoterapeuta sus conflictos y sus aprendizajes.
Husbands and Wives toca las emociones y podría resultar incómoda para muchas personas, pero es una película de la que sin duda se puede extraer una gran lección.