Equidad de género, ¿realidad o fantasía?

En una de las primeras investigaciones realizadas en el área de cómo las parejas invierten su tiempo, unas investigadoras encontraron evidencia que la equidad de género está muy lejos de convertirse en una realidad, incluso entre parejas altamente educadas. Estas científicas encontraron que luego de tres meses del nacimiento de su primer hijo, incluso en días cuando las parejas no están en sus trabajos regulares, los hombres invierten la mayor parte de su tiempo en actividades de relajación mientras que las mujeres realizaban labores domésticas o de cuidado de los hijos e hijas. En contraste, cuando los hombres estaban cuidando de los niños y niñas, o trabajando en las labores domésticas, sus parejas en la mayoría de los casos estaban haciendo lo mismo.

Claire Kamp Dush condujo esta investigación junto con Sarah Schoppe-Sullivan y Jill Yavorsky, la cual fue publicada en la revista científica Sex Roles. El estudio incluyó a 52 parejas heterosexuales, de raza blanca, altamente educadas, con empleos regulares y que estaban en proceso de tener su primer hijo.

Según la investigadora principal, los hombres necesitan tomar acción, realizar labores en el hogar y cuidar a los niños y niñas. Las madres también necesitan permitirle a los padres que realicen las tareas domésticas y el cuidado de los niños y niñas sin estar continuamente vigilando que la labor que estos realicen cumpla con sus estándares. Las parejas necesitan tener conversaciones, idealmente antes de que nazca el primer hijo, acerca de cómo van a dividir las labores en el hogar para asegurar que el trabajo sea uno equitativo, añadió.

Las relaciones de amistad de los hombres

Un estudio publicado en la revista científica Men and Masculinities y conducido por Stefan Robinson, Adam White, Eric Anderson, ha descubierto que los hombres jóvenes heterosexuales obtienen mayor satisfacción emocional con sus panas –’bromances’ en inglés– en comparación con la que obtienen en sus relaciones románticas con mujeres.  Para determinar cuánto los ‘bromances’ importaban para los hombres, los autores encuestaron a 30 individuos heterosexuales que cursaban su segundo año de universidad en carreras relacionadas con el deporte. Encontraron que todos tenían, por lo menos, un pana o un amigo con quien tenían una amistad cercana (‘bromance’). Los participantes indicaron que con estos panas se involucraban en conductas como compartir secretos, expresar cariño, abrazos y, en ocasiones, dormir en la misma cama.  Los participantes también indicaron sentirse menos juzgados por sus panas que por sus novias. Uno de ellos expresó: “Mi pana sabe que me gusta escuchar a Taylor Swift y a Beyonce, pero dejo el tema fuera cuando estoy en compañía de mi novia debido a que ella me juzgaría. Siento que debo demostrar ser un súper hombre cuando estoy con ella”.  Otros expresaron que era más fácil expresar emociones frente a sus panas y discutir información de salud sensitiva.  28 de 30 indicaron que preferían mejor discutir asuntos personales con sus panas que con sus novias.  Cuando se les pidió que describieran la diferencia entre ‘bromance’ –relación cercana con un pana– y ‘romance’ –relación romántica con una mujer– indicaron que hay tres factores que tomar en consideración: atracción sexual, conexión emocional y personalidad. Un pana o ‘bromance’ debe cumplir con las últimas dos, mientras que un ‘romance’ necesita cumplir con dos también, pero una de ellas debe ser sexo, concluyeron.  ‘Las novias son temporeras’, dijo uno de los encuestados, ‘pero un pana puede durar toda la vida’.  Estos hallazgos podrían no aplicar a otros hombres más allá de los que participaron en el estudio y se necesita más investigación en el área.