Las expectativas culturales de lo que se espera de las personas en una relación de pareja no solamente son malas para las mujeres, sino también lo son para los hombres. Esto lo concluye una investigación realizada por Christin Munsch, Matthew Rogers y Jessica Yorks, de University of Connecticut. Culturalmente, se espera que los hombres sean los que provean el sustento económico en sus familias, lo que tiene repercusiones negativas en su salud psicológica. Lo que este estudio descubrió es que en la medida en que los hombres adquieren más responsabilidades económicas en sus matrimonios, en esa medida experimentan un declive en su bienestar psicológico. Este bienestar psicológico es peor cuando ellos son los únicos proveedores del sustento en el matrimonio.
Ser el sostén de la familia tiene un efecto contrario en las mujeres en lo que respecta al bienestar psicológico. Este estudio encontró que el bienestar psicológico de las mujeres aumenta en la medida en que realizan contribuciones económicas en la familia. En ese sentido, en la medida en que éstas contribuyen menos, su bienestar psicológico declina. Concluyen los investigadores que el bienestar psicológico de los hombres aumenta cuando sus esposas asumen más responsabilidades económicas, así mismo aumenta el de las mujeres cuando adquieren un mayor compromiso económico en la relación.