Es con el alma que captamos la esencia de otro ser humano, no con la mente, ni siquiera con el corazón.

Es con el alma que captamos la esencia de otro ser humano, no con la mente, ni siquiera con el corazón.
¿Qué tenían las relaciones que te hacían sentir tan vulnerable? Ah, claro. Una relación. En cualquier relación, te exponías. Exponías todas tus terminaciones nerviosas sensibles y tu corazón, y solo tenías la esperanza de que habías confiado en la persona correcta.