Nuestras heridas son con frecuencia las aperturas a la mejor y más bella parte de nosotros.

Nuestras heridas son con frecuencia las aperturas a la mejor y más bella parte de nosotros.

Esos dulces labios… ¡oh, Dios, podría besar esos labios toda la noche! Cosas buenas le suceden a aquellos que esperan.
