El deseo hace que todo florezca; la posesión hace que todo se marchite y se desvanezca.
Por: Anna Freud
¿Quién te prometió que sólo para el disfrute fuiste traído[a] a esta tierra?
El deseo hace que todo florezca; la posesión hace que todo se marchite y se desvanezca.
¿Quién te prometió que sólo para el disfrute fuiste traído[a] a esta tierra?