Honra tus propias necesidades emocionales primero

El bienestar de la relación depende en gran medida del bienestar de los cónyuges en su carácter individual. Es frustrante cuando sientes que deberías poder arreglar las cosas en tu relación, pero la otra persona se niega a ayudar y no parece importarle mucho.

Ya sea que estén juntos en terapia o de forma individual, el ingrediente clave para el éxito es la motivación para el cambio. No es todo lo que necesitas, pero nada funcionará sin esto.

Una de las mejores cosas que puedes hacer para solucionar esa angustia es encontrar tu propio terapeuta. Puede que incluso esta alternativa se acerque más a lo que tenías en mente toda vez que con mucha frecuencia existen problemas y diagnósticos de salud mental a nivel personal que son necesario atender. Muchas personas que acuden a un psicólogo de parejas se sienten frustradas cuando descubren que el terapeuta focaliza en las necesidades de la relación más que en las necesidades de los cónyuges en su carácter individual. Además, la terapia de pareja no funciona a menos que ambas personas en la relación estén igualmente comprometidas.

¿Cómo podría la terapia individual afectar tu relación?

Ir a terapia individual cuando estás en medio de una relación problemática podría llevar a varios resultados:

  • Es posible que te des cuenta de que quieres terminar la relación.
  • Es posible que encuentres formas de aceptar o lidiar con las deficiencias de tu pareja o las limitaciones de la relación, especialmente si descubres otras formas de atender tus necesidades insatisfechas.
  • El trabajo terapéutico personal podría cambiar la naturaleza de las peleas o discusiones que tienen, lo que conducirá a una mayor claridad o compromiso mutuo en el proceso de cambio.

Pase lo que pase, debes saber que, si bien no puedes controlar ni “arreglar” a tu pareja, tienes el derecho y la libertad de cuidar de ti mismo/a.

 

La terapia psicológica y la fatiga emocional del terapeuta

 

La terapia psicológica es una aplicación de la ciencia de la psicología que focaliza en ayudar a individuos a superar conflictos emocionales y alcanzar el bienestar utilizando diferentes recursos y estrategias. Está, por lo tanto, en la naturaleza del psicólogo un interés genuino en ayudar a quiénes le contratan y solicitan sus servicios. Debido a que los terapeutas están capacitados para utilizar la compasión y la empatía como instrumentos fundamentales con el fin de que el proceso terapéutico sea efectivo, son particularmente vulnerables al estrés emocional y la fatiga. La fatiga emocional puede tener un costo físico, mental, espiritual y emocional en las personas que la experimentan y puede afectar a una amplia gama de profesiones y cuidadores. Tiende a ser común entre profesionales que trabajan regularmente en calidad de ayuda o curación, como los psicólogos y psicólogas.

La terapia psicológica para parejas es a menudo una liberación, y muchas personas están liberando cosas que han almacenado durante años. Ese proceso de liberar y compartir con otra persona puede ser emocionalmente intenso para todos los involucrados, lo que también puede asumir la forma de fatiga física además de la emocional.

Varios factores pueden poner a los terapeutas en mayor riesgo de desarrollar fatiga emocional, entre ellos:

  • El estar especializados en terapia que les expone a problemas extremos en casi todas las sesiones.
  • El estar a riesgo de ser amenazados físicamente por una persona bajo su cuidado terapéutico.
  • El lidiar con personas con riesgo suicida.
  • El proporcionar servicios terapéuticos a alguien considerado peligroso.
  • El trabajar exclusivamente con personas que experimentan depresión y/o abuso infantil.
  • El estar especializados en el tratamiento psicológico ante la muerte y el duelo.

En el caso de los terapeutas de parejas, factores como los siguientes pueden contribuir a la fatiga emocional toda vez que podrían provocar que el proceso terapéutico pierda efectividad:

  • Cónyuges que asisten a terapia bajo presión o por complacer a su pareja y no porque entiendan que la terapia les puede ayudar.
  • Cónyuges que ya no desean estar en la relación de pareja en cuestión.
  • Cónyuges que ya no están enamorados/as de sus parejas y, por lo tanto, poseen un exiguo compromiso con la relación.
  • Pobre adherencia de la pareja al tratamiento prescrito.
  • Relaciones de pareja con una baja o ninguna viabilidad de desarrollo.
  • Cónyuges que asisten a terapia con un autodiagnóstico de lo que entienden es el problema que aqueja la relación.
  • Cónyuges convencidos de que podrán resolver sus conflictos en una sola sesión de terapia.
  • Cónyuges pobremente involucrados en el tratamiento toda vez que entienden que la mera visita al psicólogo les resolverá todos sus problemas relacionales.

Los terapeutas pueden experimentar fatiga emocional cuando la exposición a las historias y experiencias de las personas que conocen en terapia comienzan a afectar sus vidas fuera del trabajo. Pero no son los únicos profesionales con este tipo de riesgo. Las enfermeras, por ejemplo, debido a que a diario se les exige empatía y compasión, pueden experimentar fatiga emocional cuando se enfrentan a cargas de trabajo pesadas, exigencias excesivas de los pacientes y largas horas de trabajo. Por su parte, la Asociación de Abogados de Estados Unidos ha expresado que incluso los abogados, especialmente aquellos que ejercen en áreas que pueden exigirles visitar escenas de accidentes, ver evidencia gráfica o lidiar con informes de traumas, tienen una alta susceptibilidad a la fatiga emocional por compasión.

La terapia psicológica para parejas es a menudo una liberación, y muchas personas en terapia están liberando cosas que han almacenado durante años. Ese proceso de liberar y compartir con otra persona puede ser emocionalmente intenso para todos los involucrados, lo que también puede asumir la forma de fatiga física además de la emocional.

Es por esta razón que los terapeutas de parejas deben ser cuidadosos en la selección de casos que sean adecuados para el tratamiento psicológico. Una evaluación inicial es necesaria en la mayoría de los casos previo a empezar un proceso terapéutico. Esta evaluación es de utilidad tanto para el psicólogo como para los clientes. La evaluación arroja información valiosa que guiará el proceso y que ayudará a los cónyuges a decidir si el terapeuta es adecuado para ellos y ayudará al terapeuta a decidir si sus servicios son adecuados para la pareja en cuestión.