No hay misterio –esa es la belleza de esto. Somos completamente explicables uno al otro, y, a pesar de eso, permanecemos juntos. No hay milagro más grande que ese.

No hay misterio –esa es la belleza de esto. Somos completamente explicables uno al otro, y, a pesar de eso, permanecemos juntos. No hay milagro más grande que ese.
Cuando ella era más joven, sintió que él quería conocer todo acerca de ella, pero en ocasiones se sentía temerosa de revelar demasiado. Tenía miedo de que él la llegara a conocer tan bien que encontraría algunas de sus debilidades, algún elemento que lo alejaría, tal vez una cualidad que ella misma desconocía que poseía.