Amor, Confianza y Contratos: Cómo los Acuerdos Prenupciales Influyen en la Relación

Introducción

Las capitulaciones matrimoniales o acuerdos prenupciales—comúnmente conocidos como “prenups” en inglés—suelen generar emociones intensas en las relaciones.  Algunas personas los interpretan como una falta de confianza o compromiso, mientras que otras los ven como un acto de responsabilidad y previsión. Desde una perspectiva terapéutica, analizar su impacto  emocional permite trabajar temas centrales como la confianza, la comunicación y la estabilidad a largo plazo.

La Importancia de las Capitulaciones

Un acuerdo prenupcial o capitulaciones es un documento legal que define, entre otros, cómo se manejarán los bienes y responsabilidades en caso de separación, divorcio o fallecimiento. Este tipo de acuerdo podría contener desde cláusulas de infidelidad y requerimientos sexuales hasta cláusulas de custodia de mascotas en caso de separación.  No obstante ello, el aspecto que más controversia crea se relaciona con lo que toca a lo económico.  Más allá del aspecto jurídico, este tipo de acuerdo fomenta la conversación abierta sobre expectativas financieras, elemento esencial para una relación saludable.

Lejos de ser una señal de desconfianza, un «prenup» bien discutido puede fortalecer la relación al promover la transparencia sobre metas económicas, deudas y obligaciones familiares. Redactarlo juntos puede convertirse en una muestra de respeto mutuo y de valoración de lo que cada persona aporta, tanto emocional como financieramente.

Cómo Afectan las Capitulaciones la Calidad de la Relación

La reacción emocional ante un acuerdo prenupcial depende, en gran medida, de las creencias individuales sobre el amor y la seguridad financiera. Algunas personas lo perciben como una falta de fe, mientras que otras lo entienden como una medida prudente. Estas interpretaciones influyen directamente en la dinámica y conexión emocional (intimidad) de la pareja.

Cuando el proceso se maneja con empatía, puede fortalecer la intimidad emocional al permitir que los miembros de la pareja hablen de temas difíciles antes de que se conviertan en conflictos. En cambio, si se impone de forma repentina o unilateral, puede generar resentimiento o sensación de desigualdad.  Tome, por ejemplo, el caso de esta pareja, ambos profesionales, que se casan con capitulaciones matrimoniales, que uno de ellos decide poner en pausa su carrera profesional para dedicarse a los asuntos del hogar mientras que el otro sale a trabajar fuera para servir de sustento económico.  Si esta pareja fracasa y decide disolver la relación, probablemente tendremos a uno de los cónyuges que tal vez no pudo crear independencia económica mientras que, tal vez, el otro sí.  ¿Qué pasaría entonces con ese que decidió poner en pausa su carrera profesional para atender los asuntos del hogar?  El otro cónyuge que sí pudo desarrollarse profesionalmente y acumular un patrimonio económico, ¿lo hubiera podido lograr sin la acción, voluntaria o no, que tomó su pareja de permanecer al cuidado de los hijos, hijas y responsabilidades del hogar?  Sabemos que los divorcios suelen ser contenciosos y estar plagados de resentimientos y coraje, ¿qué pasaría si el cónyuge que posee las cuentas de banco a su nombre, entre otras posesiones, decide no compartirlas en virtud del acuerdo prenupcial?

Estas no son situaciones aisladas y para los terapeutas, el enfoque es clave: más importante que el documento en sí es la calidad del diálogo y la capacidad de cada persona de sentirse escuchada y valorada, toda vez que las capitulaciones matrimoniales también pueden ser objeto de injusticias y fuente de controversia.

Recomendaciones

  • Fomentar el diálogo abierto: explorar los miedos, suposiciones y expectativas que cada uno asocia con el «prenup».
  • Examinar las historias familiares: comprender cómo la historia financiera y emocional de cada familia influye en las creencias sobre el dinero y la independencia financiera de cada cónyuge.
  • Replantear el propósito: presentar el acuerdo como una herramienta de fortalecimiento, no como una predicción de fracaso.
  • Colaborar con profesionales legales: incluir abogados de forma equitativa ayuda a reducir tensiones y desequilibrios de poder.
  • Procesar las emociones posteriores: después de firmar, continuar explorando las sensaciones de vulnerabilidad o temor que el proceso haya despertado, y tomar las acciones que correspondan y que sean necesarias para mitigar el daño.

Conclusión

A pesar de los posibles riesgos que esto conlleva, un acuerdo prenupcial, aunque suele parecer poco romántico, puede convertirse en un acto de amor cuando se aborda con empatía y transparencia. Más que dividir, puede unir a la pareja en una conversación honesta sobre sus valores, sus metas y su futuro compartido.  Desde la terapia de pareja, el objetivo es ayudar a transformar la percepción de este asunto: de una fuente de conflictos y desconexión a una oportunidad para fortalecer la confianza, el respeto y la claridad emocional que sustentan toda relación duradera.

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