Las personas que forman relaciones frecuentemente provienen de contexto sociales y/o culturales distintos. Estas parejas, sean homosexuales o heterosexuales, tienden a tener ideas divergentes sobre las relaciones y sobre lo que hace que éstas funcionen o fracasen. También es común que posean filosofías personales acerca de cómo se debería comportar una persona que está en una relación de compromiso. Es importante que los cónyuges estén en sintonía con la idea que cada cual tiene de las relaciones, preferiblemente desde antes que las mismas cobren carácter de formalidad. Este conocimiento servirá como un elemento que evitará conflictos futuros y ayudará a la pareja a realizar los ajustes que sean necesarios para hacer que su compromiso funcione.