Una buena relación representa una responsabilidad, un compromiso, un poder, una profunda intimidad… Debes entender que la relación es más grande que cada una de las personas que la componen; es esa tercera cosa amorfa que duerme entre tú y tu pareja. Por lo tanto, es tu responsabilidad conocerla, conocer sus reglas, y respetarlas. No hay peor veneno para las relaciones que un contrato marital que ha sido violentado. Es responsabilidad de ambos cónyuges administrar adecuadamente su relación.