El Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry publicó una investigación realizada por Andrew Sommerland, de University College of Londres, que concluyó que las personas que optan por no casarse nunca están a mayor riesgo de desarrollar demencia. En esta investigación participaron 812,047 personas de los Estados Unidos, Europa, Sudamérica y Asia, y concluyó que las personas solteras tienen un 42% más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con las personas casadas. Los investigadores advierten que no es el hecho de casarse lo que confiere algún tipo de beneficio protector a la salud cognitiva, sino más bien todo lo que conlleva la vida matrimonial. Las personas casadas tienden a tener estilos de vida más saludables y están más comprometidas socialmente, lo que puede explicar porqué es menos probable que desarrollen demencia, concluyó Sommerland. Por lo tanto, la interacción social, y no el aislamiento social o la solead, conlleva menor riesgo de demencia. Además de la felicidad manifiesta y lo estimulante que puede llegar a ser vivir con un compañero o compañera, la vida de casados viene con otros beneficios no tan obvios. Las persona casadas tienden a estar en mejor situación económica, un factor que está estrechamente entrelazado con muchos aspectos de la salud.