– Leslie Ludy

Cuando estamos apasionadamente enamoradas de nuestro Príncipe, lo ponemos por encima de todo lo demás – no sólo en teoría, sino también prácticamente en cada momento de nuestras vidas diarias. No vivimos para el aplauso del cielo. Nuestros anhelos no son tener la aprobación de la gente, sino de tener más y más de él. Estamos marcadas por una fuerza inamovible, natural, que se encuentra en la presencia de nuestro Amante perfecto.