Para una persona controladora, amar y el deseo de controlar a otros son sinónimos. Una vez pierde control sobre el objeto de su deseo, la hostilidad se adueña de ella con todas sus fuerzas.

Para una persona controladora, amar y el deseo de controlar a otros son sinónimos. Una vez pierde control sobre el objeto de su deseo, la hostilidad se adueña de ella con todas sus fuerzas.