Ya no creo en la idea de las almas gemelas o en el amor a primera vista. Pero estoy empezando a creer que unas pocas veces en la vida, si tienes suerte, tal vez conozcas a alguien que es exactamente adecuado para ti. No porque sea perfecto, o porque tú lo seas, sino porque las imperfecciones suyas y las tuyas combinadas están dispuestas de tal forma que les permiten a dos personas distintas poder acoplarse.