Algunas personas dejaron a su cónyuge o amante porque él o ella ya no era la fuente principal de su felicidad; algunos, porque su cónyuge o amante era, en ese momento, la fuente principal de su infelicidad.

Algunas personas dejaron a su cónyuge o amante porque él o ella ya no era la fuente principal de su felicidad; algunos, porque su cónyuge o amante era, en ese momento, la fuente principal de su infelicidad.
Algunas personas no hubieran permanecido con sus parejas si las cosas infortunadas que han vivido le hubieran pasado a sus parejas, o si las cosas infortunadas que le han pasado a sus parejas le hubieran pasado a ellas.