Clave del 9 de diciembre de 2016

Las relaciones –o el matrimonio– no son indicativas de amor indicional.  Las relaciones tienen reglas que hay que conocer y obedecer para que éstas se desarrollen de manera armoniosa y para que la pareja pueda sobrevivir a lo largo del tiempo. Las relaciones crecen y se fortalecen cuando los acuerdos alcanzados y los compromisos contraídos se respetan.  Asimismo, las personas involucradas en una relación lo hacen con la intención de obtener a cambio unos beneficios, cualesquiera sean estos.  Beneficios como afecto, apoyo, sexo, fidelidad, compañía, entre otros, son los más frecuentemente citados por las personas al invocrarse en una relación a largo plazo. Es necesario que conozcas a tu pareja y descubras cuáles son las causas por las que ésta decidió involucrarse en una relación de compromiso, más allá del sentimiento de amor que pudiera sentir.

Asistencia a Terapia y el Proceso Terapéutico

La frecuencia con que asistes a terapia es instrumental en el logro de las metas del tratamiento.   La irregularidad en la asistencia disminuye grandemente las probabilidades de éxito.  La consistencia y la adherencia al tratamiento son factores clave en el fortalecimiento de la relación.

Relación con el proceso terapéutico

  • Asistir con regularidad a terapia de pareja permite dar continuidad al proceso, evitando que los avances se pierdan entre una sesión y otra.
  • La constancia facilita que la pareja mantenga el foco en sus objetivos terapéuticos, en lugar de volver a viejos patrones de conflicto y evitación.
  • La asistencia regular ofrece un espacio estable para procesar emociones difíciles y eventos recientes, sin acumular tensiones que luego estallan de forma descontrolada.
  • La terapia funciona como un entrenamiento: cuanto más frecuente y constante es la práctica de nuevas habilidades, más fácil resulta integrarlas en la vida diaria de la relación.
  • La regularidad fortalece la alianza terapéutica entre la pareja y el profesional, lo que incrementa la confianza, la apertura y la profundidad del trabajo clínico.
  • Acudir puntualmente envía un mensaje de compromiso mutuo: “esta relación es importante y vale la pena el esfuerzo”, lo cual tiene un impacto simbólico positivo en el vínculo.
  • Las sesiones periódicas permiten monitorear el progreso, ajustar las intervenciones y redefinir objetivos según las necesidades cambiantes de la pareja.
  • La asistencia irregular o intermitente suele interrumpir procesos delicados, dejar conversaciones a medias y dificultar la consolidación de cambios significativos en la relación.

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