El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
Por: Jim Rohn
El deseo pierde su valor si no le damos un sentido de urgencia.
El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
El deseo pierde su valor si no le damos un sentido de urgencia.