El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
Por: José Ortega y Gasset
Las personas no viven juntas porque sí, sino para acometer juntas grandes empresas.
El deseo muere automáticamente cuando se logra; fenece al satisfacerse. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
Las personas no viven juntas porque sí, sino para acometer juntas grandes empresas.