Estereotipos de personas bisexuales

Si bien las minorías sexuales comparten desafíos comunes, diferentes subgrupos dentro de la comunidad LGBT enfrentan obstáculos y actitudes distintos.

Los hombres bisexuales están estereotipados como más similares a los hombres homosexuales que las mujeres bisexuales a las mujeres lesbianas, según una nueva investigación publicada en Social Psychology and Personality Science. En otras palabras, la gente tiende a pensar que los hombres bisexuales se parecen más a los hombres homosexuales, mientras que las mujeres bisexuales no son vistas como similares a las mujeres lesbianas. Estas percepciones, a su vez, están vinculadas a creencias que niegan la identidad sobre la bisexualidad.

Si bien las minorías sexuales comparten desafíos comunes, diferentes subgrupos dentro de la comunidad LGBT enfrentan obstáculos y actitudes distintos. Este estudio fue motivado por la necesidad de comprender mejor la intersección de la orientación sexual y el género en la configuración de las percepciones de las personas bisexuales.

«Me interesó este tema porque me di cuenta de que en la vida cotidiana y en los medios parece haber la creencia de que los hombres bisexuales son ‘realmente homosexuales’ y las mujeres bisexuales son ‘realmente heterosexuales’. Quería entender hasta qué punto la gente tiene estas creencias y qué estereotipos subyacentes podrían estar relacionados con ellas», explicó la autora del estudio Emma L. McGorray.

Para investigar esto, los investigadores realizaron tres experimentos con 1,149 participantes en total. Estos experimentos tenían como objetivo examinar cómo los estereotipos sobre las categorías de orientación sexual (gay, bisexual, heterosexual) varían según el género de los objetivos.

“La principal conclusión de esta investigación es que los hombres bisexuales (más que las mujeres bisexuales) son estereotipados como similares a los homosexuales», dijo McGorray, «Estereotipos como estos están asociados con creencias de que las personas bisexuales son ‘realmente homosexuales’, lo cual sabemos por otras investigaciones que es el tipo de creencia que puede asociarse negativamente con el bienestar de las personas bisexuales».

Curiosamente, si bien se consideraba que tanto los hombres como las mujeres bisexuales poseían atributos estereotípicamente asociados con la heterosexualidad en un grado similar, las mujeres bisexuales estaban sujetas a una creencia más fuerte de que eran «en realidad heterosexuales».

En conjunto, estos hallazgos sugieren que los hombres y mujeres bisexuales enfrentan distintos desafíos con respecto a sus identidades.

La psicóloga hizo preguntas de otros temas: ¿técnica o distracción?


Pregunta


P
Mi esposa y yo comenzamos recientemente a visitar a una psicóloga para terapia de pareja. Hemos notado que, a veces, hace preguntas completamente aleatorias o fuera de tema que, según nosotros, no tienen nada que ver con lo que estábamos hablando. Me gustaría saber por qué lo hace. ¿Es algún tipo de técnica que está utilizando? ¿Qué está pasando aquí? También hace muchas preguntas, incluso sexuales, y conversaciones ligeras durante el tiempo por el que estamos pagando.


Respuesta del Psicólogo


R
Estimado lector, tu inquietud es muy válida y comprensible. Cuando acudimos a terapia, especialmente en pareja, esperamos que cada minuto sea aprovechado en torno al problema que nos preocupa. Sin embargo, las intervenciones aparentemente “fuera de tema” que hace tu psicóloga pueden tener un propósito terapéutico importante.

Existen diversos estereotipos acerca de los psicólogos y psiquiatras, entre ellos la idea de que ellos mismos tienen problemas psicológicos o están emocionalmente inestables. También persiste la percepción errónea de que la terapia es algo misterioso y que los terapeutas poseen poderes profundos de intuición, de lectura de mente o, incluso, de manipulación. Ninguno de estos estereotipos ayuda a que las personas se acerquen con confianza al tratamiento de salud mental; por el contrario, muchas veces disuaden a quienes más podrían beneficiarse de buscar ayuda o de expresar sus dudas cuando algo en el proceso terapéutico no les resulta claro.

Como psicólogo de pareja, siempre destaco que cada profesional tiene su propio estilo, formación y nivel de efectividad. Por ello, es fundamental que los clientes se sientan cómodos y puedan establecer una relación de confianza con su terapeuta. Mi recomendación inicial es que entrevisten a varios profesionales hasta encontrar a uno con quien se sientan realmente en sintonía.

Y, una vez en proceso, si surgen preguntas o inquietudes sobre lo que ocurre durante las sesiones, no duden en expresarlas abiertamente. La transparencia y el diálogo son pilares esenciales de una terapia saludable y efectiva.

En el proceso de terapia de pareja, los psicólogos no solo escuchamos el contenido literal de lo que se dice, sino también la forma, las emociones subyacentes y la dinámica entre ambos miembros. A veces, las preguntas aparentemente “aleatorias” buscan evaluar u observar aspectos específicos, cómo se comunican o cómo cada uno maneja la temática en cuestión. En otros casos, las preguntas personales o de tipo sexual tienen la función de explorar la intimidad emocional y física, ya que la sexualidad es una parte esencial de la relación y puede ser un reflejo de la comunicación o las tensiones existentes. En fin, todo depende del contexto y de la situación que le fue traída a la psicóloga.

El uso de preguntas aparentemente triviales o “conversaciones ligeras” también puede ser una técnica para generar confianza, promover la apertura, crear armonía, relajar la tensión o permitir que el terapeuta observe sus interacciones naturales fuera de un marco demasiado rígido. En psicoterapia, nada es verdaderamente casual; lo que parece superficial a menudo busca acceder a información que no emerge de forma directa.

Recomendaciones

  • Comunica tus inquietudes abiertamente: puedes hablar con la terapeuta y decirle cómo percibes esas preguntas. Los buenos terapeutas valoran la retroalimentación y pueden explicarte su enfoque.
  • Confía, pero también comprende: parte del proceso terapéutico implica aceptar que algunas técnicas no se explican de inmediato, pero si algo te genera incomodidad, es válido pedir aclaración.
  • Observa el resultado global: más allá de las preguntas específicas, reflexiona si la terapia está ayudando a mejorar la comunicación, comprensión o conexión entre ustedes. Eso suele ser un mejor indicador que los métodos puntuales.
  • Evalúa tu nivel de confort: si, con el tiempo, la sensación de malestar o confusión persiste, es legítimo considerar hablar con otro profesional o pedir una segunda opinión.

Recuerda que la relación con el terapeuta debe basarse en confianza, respeto y claridad. La terapia es un espacio para ustedes, y sentirse cómodos es parte del proceso de sanar y fortalecer el vínculo.

“No todas las preguntas en terapia buscan respuestas; algunas buscan abrir puertas que estaban cerradas”.

Te animo a hablar con tu psicóloga con franqueza, expresar tus dudas y, al mismo tiempo, observar si, detrás de su estilo, hay una intención genuina de comprenderlos mejor como pareja. A veces, las técnicas más efectivas son las que parecen más simples o inesperadas.

Con aprecio y respeto,
Dr. González

Por favor, lea nuestro Relevo de Responsabilidad.