La infertilidad en las relaciones de pareja

Bienvenidos/as a esta difícil pero importante conversación. Si estás leyendo esto, me alegra que estés aquí. Si tienes problemas de infertilidad, sé amable contigo mismo/a mientras lees. La infertilidad afecta a las personas de muchas maneras y cada uno tiene su propio camino que recorrer.

Las parejas, no los individuos, cumplen con la definición de infertilidad (incapacidad para concebir después de 12 meses de intentarlo), por lo que un individuo puede enfrentar la infertilidad con una pareja, pero no con otra diferente. Si después de tener relaciones sexuales sin protección una mujer no puede concebir o tener un bebé a término y la condición permanece sin cambios durante al menos un año, es probable que exista un problema de infertilidad. En Estados Unidos, alrededor del 12 porciento de las mujeres entre 15 y 44 años encajan en esta etiqueta. Sin embargo, las mujeres no siempre son la fuente de la infertilidad de una pareja. En aproximadamente un tercio de los casos, los hombres pueden tener dificultades para concebir. En otro tercio de los casos, los hombres son un factor contribuyente. Los hombres deben ser evaluados por un médico si hay antecedentes familiares de infertilidad, si se han sometido a un tratamiento contra el cáncer, si tienen testículos pequeños, escroto inflamado o un conteo bajo de espermatozoides, o si tienen cualquier otra enfermedad testicular, prostática o problemas sexuales.

Cómo la infertilidad afecta la salud mental

Lo cierto es que la maternidad y paternidad tienden a formar parte de los sueños y aspiraciones de la mayoría de las parejas cuando deciden formalizarse. La formación de familias todavía continúa siendo una de las razones principales del porqué las personas forman relaciones de pareja. Es por eso que la infertilidad puede tener un profundo impacto en la salud mental. Cuando hombres y mujeres descubren que no pueden concebir, pueden experimentar las mismas emociones dolorosas que cualquiera que afronta un duelo o una pérdida profunda. Las reacciones comunes incluyen conmoción, frustración, pena, ira, disminución de la autoestima, ansiedad y depresión; pero los sentimientos sobre la infertilidad pueden variar mucho según la fuente de los problemas.

En ocasiones la infertilidad reta las disposiciones socio-culturales acerca de la naturaleza misma de ser mujer o de ser hombre y del propósito fundamental de las relaciones de pareja. Socio-culturalmente se espera no sólo que las mujeres sean capaces de concebir y de parir, sino también que los hombres deben ser capaces de preñarlas. Por lo tanto, la infertilidad tiende a trastocar la percepción personal de feminidad y masculinidad. Asimismo, una pareja sin hijos tiende a verse como una que no ha cumplido su “misión” y podrían ser objeto de burla y trato discriminatorio. En ocasiones hasta se escucha a gobernantes exhortar a la población a que tengan hijos e hijas para resolver un alegado problema de disminución poblacional, sugiriendo de alguna manera que la función fundamental de los seres humanos es fungir como agentes reproductivos. Así que culparse a uno mismo y sentirse fracasado tiende a ser parte del perfil psicológico de las personas que atraviesan esta situación.

Cómo afecta la infertilidad a la relación con tu pareja

1.   El sexo se convierte en un acto desagradable, no en una conexión íntima. El sexo cumple funciones importantes en una relación romántica, incluidos servir como un vehículo para el placer, pasar tiempo de calidad juntos, relajación, lograr más intimidad y fortalecer el sentido de conexión emocional, y sirve como amortiguador contra el estrés. Cuando se trata de problemas de infertilidad, el sexo puede convertirse en un intercambio de presión, ansiedad, frustración y miedo. El cónyuge con pene puede sentir tanta presión y estrés que no puede lograr o mantener una erección, y mucho menos eyacular. Ambos miembros de la pareja pueden estar tan preocupados sobre si las relaciones sexuales resultarán en un embarazo que el sexo se siente como un trabajo desagradable. Cuando el sexo se vuelve estresante, la pareja pierde los importantes beneficios del mismo y, para echarle un poco más de sal a la herida, esto sucede precisamente en el momento en que la pareja más necesita de esta actividad.

2.  La infertilidad puede apoderarse de la relación. Cuando una pareja se enfrenta a un factor estresante tan grande como la infertilidad, puede parecer que éste se está apoderando de la relación. El dolor y el miedo pueden sentirse como una nube obscura que se cierne sobre la relación. Rastrear la ovulación y navegar en un campo minado de dolorosos recordatorios diarios de que aún no tienes el hijo que deseas puede hacerte sentir como si en lo único que piensas o hablas es sobre fertilidad. . Los tratamientos para la infertilidad tienen una desventaja: además del estrés, pueden estancar a la pareja y alejarla de hacer otras cosas que son divertidas, relajantes o que distraen. Esto es importante porque la diversión, la relajación y la distracción nos ayudan a afrontar el estrés, por lo que cuando no hacemos estas cosas, nos volvemos más vulnerables a sentir emociones intensas.

Cómo lidiar con la situación

Si estás pasando por una situación de infertilidad, es importante que encuentres las prácticas de afrontamiento que mejor se adapten a tus necesidades. Recuerda que tu historia de infertilidad es única y tus necesidades también. Aquí algunas sugerencias:

1. Date permiso para estar enojada. Lidiar con la infertilidad tiende a ser profundamente doloroso, por eso se permítete estar enojada. La ira es parte del proceso de duelo. Aprende a expresar ese enojo de manera saludable y permítete sentirlo plenamente.

2. No descuides el autocuidado. El autocuidado físico puede incluir dormir lo suficiente, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad. El autocuidado mental puede incluir mantener tus pensamientos en el aquí y el ahora, en lugar de perderse en pensamientos sobre el pasado o el futuro.

3. No asistas a actividades relacionadas con bebés. Está bien que te cuides y digas “no” a esas actividades, incluso si quisieras ir. Puede resultar útil para algunos, pero para muchos, estos eventos pueden ser perjudiciales.

4. Crea significado personal. Una de las partes más desgarradoras de la infertilidad es la incertidumbre del futuro. Encontrar significado a tu experiencia más allá de la maternidad o la paternidad puede mantenerte firme en el presente y ayudarte a neutralizar las emociones negativas. También puede proporcionarte un camino a seguir para que no te quedes atrapada en el dolor.

5. Crea significado compartido. Vivir la experiencia traumática de una infertilidad puede acercar a la pareja y motivarlos a crear significados compartidos. Encuentren, como pareja, aquello que les apasione y conviértanlo en su proyecto de vida.

6. Busca la ayuda de un terapeuta. Un terapeuta puede ser una excelente fuente de apoyo. La terapia individual se centra en las inquietudes personales. Es un ambiente cómodo donde puedes compartir tus pensamientos más profundos y el terapeuta te atiende sólo a ti.

7. Asiste a terapia grupal o grupos de apoyo. Este tipo de proceso se realiza con otras personas o parejas de tu área que se han visto afectadas por la infertilidad. Es una plataforma para que otros compartan sus historias y encuentren apoyo unos en otros. Estos procesos aumentan la conexión y las vías de apoyo social, lo que ayuda a muchas personas a sentirse menos aisladas en su experiencia y dolor.

8. Establece un límite de por cuánto tiempo vas a intentar concebir. Cuando se trata de infertilidad, puede resultar difícil seguir intentándolo una y otra vez. Ponte algunos límites para no exponerte a más dolor en el futuro. Decide con tu pareja cuál es el límite y recuerda mantener viva la esperanza durante ese tiempo.

9. Dale permiso a tu pareja para afrontar la situación a su manera. Todos somos diferentes en cómo manejamos el estrés y afrontamos las dificultades. Si manejas las cosas de una manera, no significa que tu pareja tenga que hacer las cosas de esa manera también. Es posible que tengan diferentes mecanismos de afrontamiento, por lo que es importante darse permiso unos a otros para afrontar la situación de la forma que les resulte más cómoda.

10. Restablece la intimidad con tu pareja. Es importante considerar el impacto de la intimidad en la forma en que ambos se enfrentan y se relacionan entre sí. Es importante tener intimidad en cualquier relación, especialmente durante algo tan doloroso como procesar y resolver problemas de infertilidad.

11. Recurre a la lectura de temas puntuales. Esta actividad te ayudará a redefinir principios como la feminidad/masculinidad, la paternidad, la maternidad y la familia; o crear una visión de vida o un legado que no se base en tener un hijo o hija.

En conclusión, el estrés de una infertilidad prolongada conduce a tensiones en las relaciones, insatisfacción e incluso disolución. La infertilidad es un problema de gran importancia entre millones de parejas. En nuestra sociedad, tener un hijo significa vivir una vida plena. Así, las parejas que no pueden hacerlo se sienten estériles e incompletas. Por tanto, la infertilidad es más que un simple problema médico. Afecta a todos los aspectos de la vida, siendo el más importante la salud mental. Una persona puede experimentar una gran variedad de problemas psicológicos, uno de los cuales es el estrés durante períodos prolongados. Además, puede provocar sentimientos de culpa, vacío, ansiedad y depresión.

Terapia de parejas, Dr. Ismael González, proparejas.com, Puerto Rico, Consejería de Parejas

El uso de la pornografía en la relación

Es difícil llegar a una conclusión firme sobre los verdaderos efectos de la pornografía en las relaciones. El uso y el impacto de la pornografía dentro de las relaciones románticas es bastante complejo. Algunas personas están convencidas de que la pornografía les ha perjudicado irreparablemente, al igual que a sus relaciones, mientras que otras se sienten muy beneficiadas por su consumo.

Hoy en día, las recomendaciones profesionales sobre cómo administrar el uso de la pornografía varían ampliamente. Muchos especialistas recomiendan simplemente aceptar el uso del porno, especialmente por parte de los hombres, como uno natural e inofensivo.

La literatura científica nos dice que entre el 10% y el 98% de los hombres, y entre el 2% y el 88% de las mujeres, usa este tipo de material. Realmente, no tenemos idea de cuántas personas consumen pornografía o con qué frecuencia. Investigaciones de carácter exploratorio llevadas a cabo en esta área revelan que muchos hombres y mujeres reconocen efectos negativos y positivos al llevar a cabo esta práctica. No obstante ello, la opción “sin efectos negativos” parece sobresalir de estos estudios.

Hoy en día, las recomendaciones profesionales sobre cómo administrar el uso de la pornografía varían ampliamente. Muchos especialistas recomiendan simplemente aceptar el uso del porno, especialmente por parte de los hombres, como uno natural e inofensivo. A pesar de que esto podría ser considerado como una visión extrema por parte de algunos, muchos clínicos han sugerido que si una pareja usa la pornografía como un estímulo para la intimidad, o si ambos acceden a leer o ver material pornográfico juntos, entonces su uso está bien. De hecho, muchos profesionales han pensado que podría aumentar la conexión e intimidad en las relaciones de pareja.

Lo cierto es que una gran parte de la investigación científica indica que los efectos del uso de la pornografía, especialmente en una persona que ve con frecuencia estas imágenes en Internet, están relacionados al deterioro de las relaciones en una pareja. Este efecto podría ser, en parte, debido a que la pornografía podría estar actuando como un estímulo súper-normal, esto es, con el tiempo se puede necesitar mucho más de un estímulo normal para lograr la respuesta que evoca un estímulo súper-normal. O sea, los niveles ordinarios del estímulo ya no son interesantes. En otras palabras, el sexo normal y ordinario podría tornarse mucho menos interesante para los usuarios de pornografía. Algunas investigaciones señalan que el uso de pornografía por parte de un cónyuge lleva a la pareja a tener mucho menos sexo y, en última instancia, a reducir la satisfacción en la relación.

Hay muchos otros factores sobre el uso del porno que podrían amenazar la intimidad en una relación. Cuando se mira pornografía, el usuario tiene el control total de la experiencia sexual, a diferencia del sexo normal en el que las personas comparten el control del acto. Por lo tanto, un usuario del porno puede formar la expectativa poco realista de que el sexo en la vida real estará bajo el control de una sola persona. Asimismo, el usuario podría tener la expectativa de que su pareja siempre esté lista y disponible para el coito, y eso también es poco realista. La investigación ha revelado que la congestión genital producida por el consumo de pornografía conduce a un deseo sexual solo el 10% del tiempo en las mujeres y el 59% del tiempo en los hombres.  Es necesario mencionar también que muchos sitios porno incluyen violencia hacia las mujeres, las cuáles tienden a ser objetizadas, degradadas, abusadas o simplemente usadas por los hombres, y quienes, a pesar de las vejaciones, se muestran en un supuesto estado de éxtasis extremo que las conduce a múltiples orgasmos. Esta dinámica es la antítesis de la conexión íntima que se persigue en la sexualidad entre las parejas, sin embargo, muchos hombres admiten que gustan de ver a las mujeres bajo estas condiciones. El efecto real que causa en el aparato psíquico de los hombres el mostrar a las mujeres de esta forma está siendo objeto de estudio en la actualidad.

Por otro lado, cuando las parejas usan el porno para estimularse mutuamente, éste podría ser beneficioso para las relaciones. Investigadores de la Universidad Brigham Young completaron un estudio de 813 estudiantes universitarios y encontraron que el 87% de los hombres y el 31% de las mujeres usa pornografía, y que el 67% de los hombres y el 49% de las mujeres considera que su consumo es aceptable. El uso de la pornografía puede llevar a las parejas a hablar sobre sus preferencias sexuales, y las investigaciones demuestran que hablar sobre el sexo mejora la vida sexual de la pareja y conduce a más orgasmos para las mujeres. Esto definitivamente es bueno.

El uso del porno puede ser un medio para que las parejas discutan abiertamente el sexo y mejoren su vida sexual.

En cuanto a la influencia de la pornografía en las actitudes y deseos sexuales de los hombres, no hay evidencia empírica que muestre un vínculo entre la violencia hacia las mujeres y el uso de la pornografía. Sin embargo, un metanálisis de 2010 de varios estudios encontró una correlación positiva entre el uso de la pornografía y las actitudes apoyando la violencia contra las mujeres.

Podemos entonces concluir que hay alguna evidencia científica que indica que el consumo frecuente de pornografía, especialmente junto con la masturbación –al menos por parte de los hombres– puede reducir la calidad y la cantidad del sexo en una relación de pareja. Por otro lado, el uso del porno puede ser un medio para que las parejas discutan abiertamente el sexo y mejoren su vida sexual. Sin embargo, el consumo excesivo del porno podría conducir a cierto condicionamiento para excitarse sexualmente o alcanzar el orgasmo. Realmente, no existe lo «normal» cuando se trata de cómo el sexo y el uso de la pornografía debe desarrollarse en las relaciones. Si su uso parece estar causando problemas en su relación, entonces debe abordarse y discutirse. Por el contrario, si el uso de la pornografía no parece estar causando problemas, puede que no hayan motivos para preocuparse por ello. De hecho, su relación podría beneficiarse de alguna manera.