Las parejas sin hijos son estigmatizadas

La decisión de una persona de no tener hijos puede provocar ‘indignación moral’ en otros, incluso en completos desconocidos, según un nuevo estudio.

La decisión de una persona de no tener hijos puede provocar «indignación moral» en otros, incluso en completos desconocidos, según un nuevo estudio. La indignación moral es una emoción de ira y disgusto que las personas sienten hacia alguien que creen que cometió una transgresión moral.

Este estudio se produce mientras más adultos en los EE. UU. están decidiendo retrasar el tener hijos o renunciar a tenerlos por completo. Investigaciones anteriores han encontrado que las personas que deciden no tener hijos a menudo enfrentan estigmatización; sin embargo, no estaba claro qué impulsa esa estigmatización, según el estudio.

En este nuevo estudio, que se publicó en la revista Sex Roles, los participantes informaron sentirse moralmente indignados hacia parejas que decidieron no tener hijos. «Lo notable de nuestros hallazgos es la indignación moral que los participantes informaron sentir hacia un extraño que decidió no tener hijos», dijo la autora del estudio Leslie Ashburn-Nardo.

Los hallazgos del estudio sugieren que algunas personas ven la paternidad como un imperativo moral. «No tener hijos se considera no sólo atípico, sino también moralmente incorrecto», afirmó la autora. En el estudio, se pidió a casi 200 estudiantes universitarios que leyeran una de varias descripciones de un adulto casado y luego calificaran sus percepciones sobre cuán psicológicamente satisfecho pensaban que estaba la persona. También se les pidió que anotaran si sentían algún sentimiento moral hacia la persona. Los participantes del estudio no sabían que, en última instancia, se les preguntaba cómo veían la decisión de una persona de tener hijos. Más bien, les dijeron que el estudio se centraba en hacer predicciones sobre el futuro de una persona.

Ashburn-Nardo descubrió que los participantes percibían que las personas descritas que elegían no tener hijos estaban significativamente menos satisfechas psicológicamente que las personas descritas que tenían hijos. Los participantes del estudio también informaron significativamente más indignación moral hacia estas personas sin hijos. Además, los participantes no mostraron diferencias en su percepción de hombres sin hijos versus mujeres sin hijos; los dos fueron estigmatizados por igual. Los participantes calificaron a los hombres y mujeres que voluntariamente no tenían hijos como significativamente menos satisfechos que los hombres y mujeres con hijos. Este efecto fue impulsado principalmente por sentimientos de indignación moral (ira, desaprobación y disgusto) hacia las personas que voluntariamente dejaron de tener hijos.

Los nuevos hallazgos pueden tener algunas implicaciones preocupantes sobre cómo las personas hacen la transición a la edad adulta. Por ejemplo, el estudio sugirió que «muchos jóvenes pueden ver a los niños como un ingrediente necesario para una vida plena» y, como resultado, pueden sentir una «tremenda presión» para tener hijos. Irónicamente, estas percepciones no tienen absolutamente ninguna base en la realidad. Más bien, las investigaciones existentes sugieren que los padres y madres informan significativamente menos satisfacción conyugal que los que no son padres y que la insatisfacción aumenta a medida que las parejas tienen más hijos.