Pregúntate cómo te gustaría ser tratado/a. La respuesta a esta pregunta puede que no determine cómo te relacionarás con tu pareja puesto que no necesariamente el trato que desees para ti es el mismo que tu pareja desee para sí. Sin embargo, esta pregunta es importante toda vez que inicia un proceso reflexivo que podría ser determinante en una relación de pareja armoniosa. Así que considera las consecuencias de tus palabras y acciones. Pregúntate cómo te gustaría que te hablaran o te cuidaran. Explora posibles similitudes; aprende cosas nuevas; llévalo a la práctica. Recuerda que la generosidad crea generosidad. Encontrarás que el brindarle un buen trato a los demás, incluida tu pareja, hará que tú vida sea menos complicada y más gratificante.