Cuando fallamos en fijar límites y pedirle rendición de cuentas a otras personas, nos sentimos usados y maltratados. Es por eso que a veces atacamos la persona, lo que es más doloroso que enfocar en la conducta o el acto.
Por: Rob Bell
Amar es ceder control. Es rendir el deseo de controlar a la otra persona. Estos dos –amor y el ejercer control sobre el otro– son mutuamente excluyentes. Si somos serios acerca de amar a alguien, tenemos que rendir todos los deseos dentro de nosotros de manipular la relación.