Entre el Secreto y el Amor: El Caso de la Doble Encrucijada de Joel y Frank


Caso


Joel, de 29 años, y Frank, de 31, llevan aproximadamente ocho meses de relación. Lo que comenzó como una conexión intensa, divertida y cargada de química sexual se ha transformado progresivamente en una relación marcada por discusiones frecuentes, inseguridades emocionales y expectativas divergentes sobre el futuro. Ambos reconocen que desean “intentar algo serio”, pero se encuentran atrapados en dilemas internos que dificultan avanzar.

Joel está abiertamente fuera del clóset desde hace casi una década. Su familia, amistades y ambiente laboral conocen y aceptan su orientación sexual. Para él, la autenticidad ha sido un proceso importante de salud emocional y autoestima. Joel expresa que, aunque siente amor por Frank, le duele profundamente que su relación exista solo en espacios privados y que Frank se niegue a presentarlo como su pareja. Interpreta esta invisibilidad como una invalidación de la relación y como un riesgo para la estabilidad emocional del vínculo.

Frank, por otro lado, nunca ha salido del clóset. Proviene de una familia tradicional, con fuertes creencias religiosas y expectativas culturales que lo han llevado a mantener su orientación sexual en secreto. Aunque está enamorado de Joel, vive en un constante conflicto interno entre el deseo de autenticidad y el miedo al rechazo familiar y social. Siente vergüenza, culpa, y un alto nivel de ansiedad ante la posibilidad de asumir su identidad públicamente. Esta tensión lo hace estar emocionalmente disponible en algunos momentos y distante en otros.

A nivel relacional, un detonante reciente ha intensificado las discusiones: Frank teme que una relación formal pueda “apagar la pasión”, y para protegerse de ese miedo propone abrir la relación. Argumenta que un vínculo abierto podría mantener la frescura, la espontaneidad y la libertad. Joel, sorprendido pero también inseguro, considera la posibilidad, aunque reconoce que lo hace más por miedo a perder a Frank que por verdadera convicción.

Surge un patrón común:

  • Frank teme perder la intensidad emocional si se formalizan.
  • Joel teme perder a Frank si no accede a una relación abierta.
  • Frank evita compromisos para no enfrentar su salida del clóset o la presión cultural.
  • Joel percibe esa evitación como falta de amor o disponibilidad emocional.

Las discusiones aparecen cuando Joel expresa necesidades de visibilidad, estabilidad y claridad, mientras Frank responde desde el miedo, la evasión o la propuesta de acuerdos que, aunque parecen modernos, están destinados a protegerlo del compromiso y la exposición pública. La tensión entre deseo, autenticidad y miedo cultural atraviesa toda la dinámica.

Ambos coinciden en que la conexión emocional y sexual es real. Quieren intentar una relación, pero sienten que la falta de claridad en expectativas, la diferencia en niveles de compromiso y el dilema entre privacidad y visibilidad están erosionando la confianza. Por ello buscan ayuda profesional.




Análisis


Análisis psicológico del caso

El caso de Joel y Frank refleja dinámicas comunes en parejas del mismo sexo, especialmente cuando existen diferencias en los procesos de salida del clóset, niveles de compromiso y significados culturales del amor y de la identidad. La intersección entre sexualidad, cultura, identidad y miedo social se convierte en un eje central del conflicto.

En Joel se observan elementos importantes:

  • Necesidad de visibilidad relacional: ser reconocido como pareja es una condición de seguridad emocional.
  • Miedo a repetir experiencias de rechazo o abandono: teme amar más de lo que es amado.
  • Flexibilidad riesgosa: considera la relación abierta no desde un deseo auténtico, sino desde el temor a perder a Frank.

En Frank se observan dinámicas culturales y emocionales que influyen fuertemente:

  • Miedo al rechazo familiar y social: teme confrontar prejuicios o romper expectativas culturales.
  • Confusión entre pasión y estabilidad: internaliza la idea de que el compromiso mata el deseo, un mito frecuente en relaciones donde la pasión inicial fue intensa.
  • Uso de la relación abierta como defensa: la propuesta parece responder a la evitación del compromiso más que a un deseo estructurado de no monogamia.

El contexto multicultural es fundamental:
Las narrativas culturales sobre masculinidad, homosexualidad, familia y religión influyen directamente en las posibilidades de expresión emocional de Frank. Para él, formalizar la relación implica exponerse a juicios sociales y romper con mandatos culturales. Para Joel, en cambio, la formalidad representa coherencia, legitimidad y amor maduro.

Se observa un patrón relacional de expectativa–evitación:

  • Joel pide claridad, estabilidad y reconocimiento.
  • Frank evita decisiones que lo obliguen a enfrentar su identidad públicamente.
  • Joel insiste con más intensidad.
  • Frank se protege con distancia, ambigüedad o propuestas alternativas (como abrir la relación).

Este ciclo erosiona la confianza, distorsiona la comunicación y genera confusiones respecto a las verdaderas motivaciones de cada uno. La clave no está en decidir si deben o no tener una relación abierta, sino en comprender las emociones y vulnerabilidades que subyacen a esa propuesta.

Recomendaciones

Si te identificas con una situación parecida, estas soluciones podrían ayudarte:

  1. Explorar el significado de compromiso para cada uno:
    La terapia podría ayudar a diferenciar entre compromiso afectivo y visibilidad pública, permitiendo identificar los temores asociados a cada dimensión.
  2. Explorar el significado de una relación abierta:
    La pareja podría evaluar si se trata de un deseo auténtico o una defensa frente al miedo al compromiso. La terapia podría trabajar honestidad y claridad sobre esta decisión.
  3. Atender el proceso de salida del clóset de Frank:
    Aunque se trata de una decisión extremadamente personal, la terapia podría abordar la vergüenza internalizada, la presión cultural, los riesgos percibidos y las posibles estrategias de afirmación de identidad, sin forzar tiempos.
  4. Fortalecer la comunicación emocional:
    La pareja podría aprender el lenguaje de vulnerabilidad, validación emocional y técnicas de diálogo lento para evitar reactividad.
  5. Clarificar expectativas relacionales:
    Joel debe expresar límites y necesidades de manera congruente.
    Frank debe definir qué está dispuesto a ofrecer sin ambigüedad.
  6. Trabajar la inseguridad de forma individual y relacional:
    Diferenciar entre deseo de conexión y miedo a la pérdida.
  7. Negociación informada sobre monogamia o no-monogamia:
    Exploran acuerdos éticos, motivaciones reales, límites y capacidades emocionales de ambos.
  8. Construir una visión compartida de pareja:
    Desarrollan metas, rituales, rutinas y valores que guíen la relación y permitan sostener intimidad sin perder autenticidad.

Joel y Frank deben tomar decisiones informadas y honestas sobre su relación, construyendo un espacio donde la autenticidad, la seguridad emocional y el compromiso puedan coexistir sin que ninguno tenga que sacrificar su identidad o sus valores.

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Las relaciones abiertas y el proceso terapéutico

 

En términos generales, las relaciones abiertas no cualifican para terapia de parejas.  Sin embargo, puede que haya algún terapeuta creativo que tome la decisión de conducir procedimientos terapéuticos con este tipo de pareja.  Los modelos teóricos para parejas tienden a estar formulados para relaciones sexualmente exclusivas y compuestas por dos personas.

Así las cosas, y para conocer un poco mejor este tipo de relación, podemos mencionar que en la etapa inicial de una relación, los cónyuges tienden a restarle importancia a cualquier insatisfacción que pudiera surgir en el manejo de la sexualidad. Sin embargo, a la larga, uno de los cónyuges podrá querer más sexo o tendrá necesidades no satisfechas que se convertirán en un tema fundamental en la relación. En la mayoría de los casos es el hombre el que reclamará más frecuencia en la sexualidad, pero en una minoría considerable es la mujer la que experimentará mayor deseo sexual.

El consenso general entre la comunidad profesional de terapeutas de parejas es que las relaciones abiertas tienden a conducir a la miseria emocional de todas las partes involucradas y la investigación científica nos muestra que también tienden a agravar los problemas en la relación.

En ocasiones, una solución frecuentemente practicada es que el cónyuge con menor deseo sexual acepta los deseos del cónyuge con mayor deseo sexual. En el matrimonio tradicional y heterosexual, se considera que la mujer tiene el deber de proporcionar relaciones sexuales siempre que el marido lo desee como parte de sus “deberes de esposa”. Pero en el matrimonio moderno la coerción sexual es inaceptable por completo. Entonces, ¿qué debe hacer el cónyuge sexualmente frustrado? En ocasiones satisface sus necesidades sexuales fuera de la relación e intenta mantener sus aventuras en secreto en una situación comúnmente conocida como “infidelidad”. Sin embargo, una minoría de las relaciones opta por abrir la relación. El fenómeno de las relaciones abiertas ocurre cuando una pareja reconoce que no puede satisfacer sus necesidades sexuales dentro del contexto de una relación monógama, o cuando entiende que no puede satisfacer las necesidades sexuales del otro o de la otra y, por lo tanto, se otorgan permiso para buscar gratificación sexual fuera de la relación.

El consenso general entre la comunidad profesional de terapeutas de parejas es que las relaciones abiertas tienden a conducir a la miseria emocional de todas las partes involucradas y la investigación científica nos muestra que también tienden a agravar los problemas en la relación. No obstante ello, existe también evidencia científica limitada de que para unas pocas parejas, con ciertas características muy específicas, las relaciones abiertas podrían funcionar. Esta investigación limitada muestra que las personas que escogieron abrir sus relaciones son tan felices en sus relaciones como aquellas que son exclusivamente monógamas, pero están más satisfechas sexualmente. Además, estas personas mostraron tener mejores habilidades de comunicación en comparación con aquellos en relaciones tradicionales, y menores niveles de celos y mayores niveles de confianza. Sin embargo, esto no significa que abrir el matrimonio sea una panacea para los problemas de discrepancia sexual en las parejas. Más bien, significa que las personas que ya son buenas para comunicarse, que tienen pocos celos y mucha confianza tienen más probabilidades de sortear con éxito todos los obstáculos que suponen las relaciones abiertas.

Hay tres categorías principales de relaciones abiertas:

  • Swinging. La pareja intercambia pareja con otra pareja, a menudo en la privacidad de uno de sus hogares, pero a veces en clubes de “swingers” que se pueden encontrar en las principales ciudades.
  • Apertura total. A cada cónyuge se le concede permiso para buscar parejas sexuales adicionales, generalmente dentro de ciertas restricciones acordadas por la pareja.
  • Poliamor. Exite una relación primaria, pero uno o ambos cónyuges sostienen relaciones adicionales a largo plazo o con cierto grado de formalidad con otras personas; por lo general, todos los miembros involucrados en la red poliamorosa se conocen y se llevan bien entre sí.

En suma, algunas parejas podrán negociar una solución satisfactoria a las discrepancias en la satisfacción sexual dentro de los límites de la monogamia, mientras que otras decidirán que abrir la relación es la mejor solución. En cualquier caso, lo que queda claro es que la clave para una sexualidad satisfactoria es la participación activa de cada cual en la consecución de su propio placer.

Relación con el proceso de terapia

  • Los modelos clásicos de terapia de pareja fueron diseñados para relaciones diádicas y monógamas; cuando existe una relación abierta, el formato tradicional de “dos personas en consulta” no refleja toda la complejidad del sistema relacional.
  • En una relación abierta hay más de dos personas involucradas de manera directa en los acuerdos afectivos y sexuales; limitar el trabajo solo a una díada puede dejar fuera dinámicas y conflictos centrales.
  • Muchos protocolos estandarizados de terapia de pareja asumen explícitamente la monogamia como marco normativo (por ejemplo, la infidelidad como ruptura del contrato básico), lo cual no se ajusta a relaciones donde el acuerdo incluye vínculos múltiples.
  • Cuando se aplica un enfoque de pareja clásico a una relación abierta, existe el riesgo de interpretar el modelo relacional abierto como “problema” en sí mismo, en lugar de centrarse en la calidad de los acuerdos, la comunicación y el cuidado mutuo.
  • En relaciones abiertas, muchas dificultades y decisiones (límites, celos, manejo del tiempo, jerarquías) podrían depender de más de dos voces; trabajar solo con una “pareja principal” podría ser problemático.
  • Esto no significa que las personas en relaciones abiertas “no merezcan” ayuda, sino que el rótulo y formato tradicional de terapia de pareja puede no ser el más preciso ni el más ético a su realidad relacional.