Las relaciones a larga distancia

La humanidad está pasando por un período de globalización sin precedentes gracias a la aparición de la Internet. La globalización ha cambiado la forma en que las personas establecen conexiones. Este fenómeno, que no ocurre por primera vez en la historia, se distingue por la casi eliminación de fronteras entre los pueblos, culturas y personas. La globalización está introduciendo y afectando conceptos tales como el romance, el amor y las relaciones íntimas. La tecnología facilita estos intercambios y fomenta y estimula una hibridación en las relaciones de pareja y es una parte crítica de este proceso. En un mundo móvil e interconectado, tenemos oportunidades de conocer y aprender de personas de todo el mundo. Y estas oportunidades conllevan más posibilidades de encontrar el amor, a veces a miles de kilómetros de casa.

Entonces procede que nos preguntemos qué es una relación romántica y cómo la distancia puede afectarla. Una relación es una interacción entre dos personas que deciden compartir su tiempo y espacio. Una relación romántica es una interacción entre dos personas que implica intimidad sexual. Por lo tanto, una relación romántica a larga distancia es una interacción entre dos personas que, entre otras cosas, debería implicar intimidad sexual pero no ocurre o no ocurre satisfactoriamente debido a la distancia. A pesar de eso, en las ciencias de la conducta hay formas diferentes de definir una relación a distancia. A veces se definen como relaciones en las que los cónyuges pasan varias noches a la semana separados o pasan largos períodos de tiempo sin verse. Tal vez una de las definiciones más útiles se refiere al tiempo de viaje o la distancia física: las parejas que tienen sus propias residencias, que están ubicadas lo suficientemente separadas como para dificultar verse regularmente.

Según estas definiciones, las relaciones a distancia pueden verse bastante diferentes de una pareja a otra. Dos personas, por ejemplo, que viven en San Juan y Cabo Rojo podrían llamarse a sí mismas de larga distancia; en casos como éste hay abundantes formas de llegar de una ciudad a otra, pero ninguna es lo suficientemente cómoda o rápida en comparación a cuando se vive en el mismo lugar. Al mismo tiempo, dos personas que viven a 90 millas de distancia a lo largo de una carretera podrían no considerar su relación como de larga distancia, porque ya están acostumbradas a conducir largos tramos y este viaje les parece sencillo. El punto es que en las relaciones a distancia, la distancia hace que sea difícil tener lo que la mayoría de las parejas tienen: la capacidad de verse fácilmente en un día determinado o en cualquier momento si es necesario.

Dicho esto, es importante señalar que una relación a larga distancia no es sostenible por mucho tiempo ni es una solución a largo plazo para mantener una relación romántica. Cuando pasamos tiempo con nuestra pareja todos los días, o al menos con regularidad, las interacciones contienen muchas cosas mundanas y cotidianas, como, por ejemplo, estar enfermos, hacer la compra, lavarse los dientes o simplemente sentarse exhaustos frente al televisor. Sin embargo, en las relaciones a distancia, las expectativas de que los encuentros cara a cara serán mágicos, llenos de sexo fantástico y románticos a menudo chocan contra la pared de cómo funciona realmente la vida.

Las personas en relaciones a larga distancia tienen el estrés de estar separadas, de tener que viajar más y más frecuente, de tener carreras que los mantienen separados y, a menudo, de tener que tomar decisiones importantes sin saber cómo sería vivir más cerca el uno del otro. Las personas en este tipo de relación parecen tener mayor estrés, menos satisfacción sexual y más dificultades para mantener sus relaciones saludables que las personas que viven cerca unas de otras.

Por otro lado, los celos pueden ser un elemento común en las relaciones a distancia. Generalmente, a las personas involucradas en este tipo de relación les resulta difícil sobrellevar el hecho de que la pareja pueda interactuar libremente con otras personas cuando no está cerca, y que la pareja podría verse tentada a tener una mayor intimidad con otras personas de la que le gustaría. Esto hace que tener expectativas y límites claros sea aún más importante.

En la medida en que las relaciones a distancia fracasan, suele tener que ver con la enorme distancia y la dificultad de mantenerse conectados. Cuanto más lejos y con más frecuencia tienen que viajar las personas, más difícil es permanecer juntas a largo plazo. También es probable que las relaciones a larga distancia terminen si los cónyuges no pueden resolver las inseguridades sobre la relación o si uno o ambos experimentan altos niveles de emociones negativas.

Recomendaciones sobre relaciones a larga distancia
  • Hablar del futuro… continuamente. Las relaciones a distancia pueden resultar desafiantes, pero tener en cuenta y proyectarse en el futuro puede resultar útil. Se recomienda hablar periódicamente sobre lo que les depara el futuro. Los cónyuges deben saber y estar convencidos de que la situación actual es transitoria y no permanente. Hablar sobre el futuro es importante para la relación, además de fomentar la confianza y establecer límites.
  • Seguir aplicando las reglas normales de una relación. En las relaciones a larga distancia se aplican las mismas reglas generales para las relaciones románticas: comunicación abierta, dejar claras las expectativas y necesidades, esforzarse por lograr intimidad y confianza, ser merecedor de confianza y negociar claramente la exclusividad sexual.
  • Es importante cumplir las promesas y mantener los compromisos. Si planeas hablar por teléfono una vez al día, por ejemplo, considéralo una parte esencial para mantener tu relación. No es opcional ni «sólo cuando tengas tiempo».
  • Planificar con anticipación. Planificar tus próximos puntos de contacto significativo, tanto de forma remota como en persona, puede ayudar a que el tiempo de separación sea más tolerable y proporcionar una estructura a tu relación. A veces las personas tienen citas telefónicas regulares con su pareja, a pesar de la enorme diferencia de horarios, y esta regularidad les mantiene emocionalmente conectadas.
  • Prestar atención a las interacciones sexuales. Curiosamente, algunas investigaciones sugieren que las parejas no tienen que ser sexuales de una forma específica para mantener la satisfacción sexual. Es importante que las parejas en relaciones a larga distancia sean creativas y utilicen las herramientas que tengan a su disposición para mantenerse sexualmente conectadas. No es necesario adoptar estos comportamientos a menos que claramente funcionen para la pareja.
  • Centrarse en la salud de la relación. Quizás, por encima de todo, las parejas a larga distancia se beneficien al centrarse en comportamientos que saben que ayudan a mantener su relación saludable. Estos pueden verse diferentes de una pareja a otra, pero tener esto en cuenta, especialmente durante las transiciones, como justo antes y después de verse, ayudará a suavizar algunas de las dificultades de estar en una relación a larga distancia.

En resumidas cuentas podemos decir que las relaciones a distancia son extremadamente desafiantes. A pesar de eso, la forma en que las parejas imaginan el futuro importa. Las personas se sentirían mejor con sus relaciones a distancia si estuvieran bastante seguras de que eventualmente vivirán en la misma ciudad. Toda relación, ya sea cercana a casa o alrededor de todo el mundo, se beneficia del respeto mutuo, la generosidad y una comunicación sólida. Ya sea que estés enviando mensajes de texto, hablando por Skype o compartiendo una cena romántica en la misma mesa, trata a tu ser querido cercano o lejano con amor, amabilidad y… te deseo buena suerte.

La desilusión en las relaciones de pareja | Parte II

Como mencionáramos en la primera parte de este artículo, la desilusión en las relaciones es normal. No es una experiencia única, sino compartida. Esto se debe a que cada persona tiene su propia manera de pensar, actuar y ser, pero al mismo tiempo, existen patrones de conducta que son comunes en la humanidad, y éste es uno de ellos. Incluso en la mejor de las historias de amor, habrá momentos de ira y desilusión. Examinemos cómo lidiar con la desilusión en las relaciones, qué podemos hacer para manejarla y recuperarnos de ella.

Lidiando con la desilusión
  • Identifica qué tan crítica es la desilusión.  Pregúntate:  ¿es algo que te importará o que recordarás en una semana/mes/año? En un extremo, podría ser alguien que rompe tu confianza o hace algo tan hiriente que la relación se rompa permanentemente, o, en el otro extremo, podría ser una persona que a lo mejor no es tan higiénica como tú esperabas. Sólo tú puedes decidir qué hacer y en qué lugar de esa escala posisionarte.
  • Reconoce que ni tú ni tu pareja son expertos en tener una relación. Es un proceso de aprendizaje. Ambos llegan a la relación con una serie de buenos y malos ejemplos, comportamientos y creencias que, tal vez, adquirieron de su familia de origen, relaciones anteriores y otras fuentes de influencia y/o modelaje.
  • Presta atención a tus expectativas y reconsidéralas por completo. Ten en cuenta que las expectativas poco razonables incluyen cosas como querer que tu pareja cambie sus valores, sea la fuente de toda tu felicidad o vaya en contra de su polaridad natural masculina o femenina. No esperes que tu pareja piense, reacciona o sienta lo mismo que tú. Y nunca esperes la perfección.
  • Identifica el origen de tus expectativas. Analiza si tu patrón de referencia referente a lo que esperas en una relación se relaciona con ejercer control de tu pareja o con los valores personales de cómo te criaron, con traumas de relaciones anteriores o con aprendizajes de vida, con el modelaje observado en películas de Hollywood o con enseñanzas religiosas, o con cualquier otra fuente que haya ayudado a formar tu posición con respecto a un asunto.
  • Entender las implicaciones de los «debería», los «tiene» y los «se supone». El «debería», el «tiene» y el «se supone» son  un tipo de pensamiento irracional que funciona de forma unipolar, o es blanco o negro. No hay zona gris ni margen de negociación. Son palabras que te exigen un estándar muy alto y te ponen bajo mucha presión a ti, a tu pareja y a la relación. Esto puede resultar ser agotador y podría alejarte de concentrarte en lo que realmente quieres en la vida. Las sobredosis de los «debe», los «tiene» y los «se supone» nos roban el sentido de elección, libertad y autonomía. Precaución.
  • Agradece ver la realidad tal como es.  Ver la realidad tal como es, es aceptar que las cosas no siempre son como quieres que sean. Ése es un hecho que es necesario aceptar y no resistir. Así que cuanto antes salga a la luz la verdad, mejor.
  • Acepta la humanidad de tu pareja y que las personas no siempre son la mejor versión de sí mismas.  Todos tenemos nuestros fallos, deseos, necesidades, traumas y heridas. Todos somos seres humanos con grandes historias de vida. Esperar que otros sean perfectos es simplemente poco realista. La gente inevitablemente tiene defectos, al igual que nosotros. Del mismo modo que podríamos haber desilusionado a las personas que nos rodean, probablemente sin siquiera darnos cuenta.
  • Verbaliza cuáles son tus expectativas.  Nadie puede leer la mente. Tu pareja no puede saber lo que esperas de ella a menos que se lo digas. Habla con tu pareja sobre tus ideales en una relación.
  • Nunca esperes que tu pareja lea tu mente. A menudo esperamos que nuestra pareja haga mágicamente las cosas que queremos que haga o sepa mágicamente lo que estamos pensando. Cuando esto no sucede, nos sentimos desilusionados. Si quieres más sexo y conexión, foméntalo. Vuelve a lo básico, tal como lo hiciste cuando tu relación apenas estaba en ciernes. Vístete elegante, presta atención, sé amable, invita, comparte tus pensamientos, ideas y sueños, etc. En mi práctica como psicólogo de pareja he notado que a las personas simplemente les aterra hablarle a su pareja acerca de sus ideales en una relación.  Lo cierto es que si no lo haces, podrías estar, tal vez inconscientemente, aspirando a que tu pareja lea tu mente.
  • El tiempo y lugar oportunos es fundamental.  Una conversación sobre la desilusión en las relaciones debe llevarse a cabo en un momento y lugar en el que ambos estén tranquilos, descansados, alimentados y sintiéndose en su mejor momento. Si bien es posible que sientas que quieres tener la conversación en el momento preciso en que tu pareja hizo algo que te desilusionó, evítalo. No querrás que un estallido emocional y dramático interrumpa lo que podría ser una conversación significativa y productiva sobre los efectos de la desilusión en tu relación.
  • Presta atención al esfuerzo, no la perfección.  Tu cónyuge puede cometer un error de vez en cuando. Cuando se olvide de sacar la basura, en lugar de un suspiro de exasperación, recuerda: nadie es perfecto. Mientras haya un esfuerzo y compromiso constantes, estarás en el camino correcto.
  • No asumas que su visión de mundo es similar a la tuya.  Muchas veces experimentamos desilusión en las relaciones porque pensamos que la otra persona ve las cosas y se preocupa por ellas como nosotros. Esta es una suposición que seguramente provocará ira y desilusión. Recuerda, cada persona tiene su propia manera de interpretar las cosas. Pregúntale cuál es el suyo.
  • No asumas que tu visión de mundo es similar a la del resto de las personas.  Este punto se relaciona con el anterior, aunque no se refiere a lo mismo. Con frecuencia la persona juzgan la conducta de sus parejas tomando en consideración su propio sistema de valores o visión de mundo. Esto es particularmente importante porque la misma situación objeto de la desilusión puede que no lo sea para otra persona o, incluso, que le haya funcionado adecuadamente en otros contextos. Por lo tanto, es imporante entender cuando el asunto se relacione con expectativas personales y no con verdades universales.  En ocasiones suponemos que nuestras creencias representan verdades universales.
  • Deja de esperar que tu felicidad venga de tu pareja.  Si confías en tu pareja para que te haga feliz, para validar tu autoestima y para darte aprobación, es posible que experimentes una gran desilusión. La felicidad es un asunto personal y no es algo que quieras poner en manos de tu pareja o cónyuge, o de otra persona.  Date lo que necesites: compasión, cariño, admiración, amor propio. Cuando asumes la responsabilidad de crear tu propia vida enriquecedora, descubrirás que las cosas son mucho menos dramáticas cuando la gente te desilusiona. Sí, una relación debe aumentar tu felicidad, pero no ser la fuente exclusiva de ésta.
  • Acepta que tu pareja podría estar pasando por el mismo proceso. Con frecuencia la experiencia de desilusión es compartida. Mientras que uno de los cónyuges se pueda estar sintiendo desilusionado, con frecuencia el otro estará pasando por lo mismo, aunque no lo exprese. La desilusión es un fenómeno compartido y llegará tarde o temprano a la relación. Todas las personas poseen expectativas personales con respecto a la relación y con respecto a sus parejas, la cuales díficilmente podrán ser llenadas a cabalidad. Si miramos las cosas desde esta perspectiva, vemos que lidiar con la desilusión en una relación es una vía de doble sentido. No se trata únicamente de «arreglar» a la otra persona.  Probablemente haya otra persona que también necesite ser «arreglada», ¿te imaginas quién podría ser?
  • Sé la persona de la que te gustaría estar enamorado.  Similar al punto anterior, conviértete en la persona que no te desilusionará. No puedes controlar las acciones de tu pareja, pero puedes controlar las tuyas. Así que sé esa persona segura, confiable, amorosa, comunicativa y responsable. Descubrirás que esto atrae a otros con esas mismas características a tu universo.
  • Entiende que las personas cambian con el tiempo. Las relaciones a largo plazo pasan por distintas etapas y el amor se transforma. Asimismo, las personas mismas sufren transformaciones a lo largo del tiempo. No existe nada más permanente que el cambio. Esta es una verdad fundamental que es necesario aceptar.
  • Es necesario entender y reconocer la humanidad del otro. Nuestra incapacidad para reconocer la humanidad en los demás sienta las bases del egoísmo. Una relación que le dé espacio al reconocimiento de las vulnerabilidades de sus integrantes será un lugar mucho más pacífico, habitable y feliz.
  • Practica la compasión. Mostrar empatía, gracia y compasión genuinas en la relación ayuda a darnos cuenta de que somos seres humanos complejos con una disposición de lidiar mejor con las expectativas autoimpuestas, y a darle paso a la práctica de la flexibilidad y la generosidad.
  • Prepárate para salir de la relación si las desilusiones son la fuente de su infelicidad.  A veces las relaciones son decepcionantes y no hay mucho que puedas hacer para cambiar las cosas. Si has intentado varias opciones y aún te encuentras en ese punto de una relación donde las desilusiones son frecuentes, dejar la misma puede ser lo correcto. No es saludable permanecer en una situación en la que aceptas la decepción todos los días. Te chupará la alegría.  Te quebrantará el espíritu.
Concluyendo

La vida ciertamente contiene desilusiones. Principalmente en el contexto de una relación. Pero con algunos ajustes a nuestras expectativas personales y respeto por los orígenes, culturas y experiencias individuales de las otras personas, podemos disminuir la cantidad de desilusiones que sentimos. Recuerda, uno de los principales influyentes para cambiar la relación es primero cambiarte a ti mismo. Todo lo que se necesita son algunos cambios o ajustes en la forma en que percibimos las cosas y podemos evitar que la desilusión en la relación llame constantemente a nuestra puerta.