Mi cuerpo luego del embarazo

Di a luz por cesárea hace unos 10 meses. Desde entonces no he podido tener relaciones sexuales con mi esposo. No es por falta de intento por su parte. Solo peso alrededor de 10 libras más que mi peso antes del embarazo, pero la realidad es que ni siquiera soporto la idea de estar desnuda frente a otra persona, lo que me disuade por completo de querer tener relaciones sexuales, y no hablemos de la cicatriz de la cesárea. Además, tengo miedo de quedar embarazada nuevamente debido a que quedé embarazada mientras tomaba la píldora. ¿Esto es normal? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar con esta situación?

Respuesta del Psicólogo

El período luego del embarazo suele ser difícil para los nuevos padres y madres, en especial para las madres. La salud mental se podría ver afectada. Es común tener sentimientos negativos hacia el propio cuerpo. Estos sentimientos a menudo pueden traducirse en una disminución del deseo sexual. Por lo general, no es necesariamente el tipo específico de cicatriz o la cantidad exacta de aumento de peso lo que afecta la autoestima, la imagen corporal y el deseo sexual luego del embarazo. El primer paso es darse permiso para procesar esos sentimientos hablándolos con tu cónyuge, amigos o un psicólogo.

Durante el embarazo, muchas mujeres embarazadas sienten que han perdido el control sobre su cuerpo. Esta pérdida de control a menudo resulta en sentirse distante y/o querer controlar sus necesidades corporales después del embarazo. Durante el primer año de maternidad, las mujeres también aprenden a responder a las necesidades de sus bebés y, a menudo, pasan por alto las suyas propias; esto de alguna forma parece ser una conducta preprogramada en las madres. Las quejas por no tener tiempo para ducharse, dormir, ir al baño o comer una comida completa son comunes. Como tal, a diario, constantemente ignoran y se distancian de sus necesidades corporales en sus esfuerzos por criar a un niño. El cuerpo que conocieron antes del embarazo puede sentirse muy diferente al actual. Y esto sin contar que muchas mujeres no estaban contentas con su cuerpo antes del embarazo. Durante períodos de cambio y estrés, como lo es el período posparto, los sentimientos negativos preexistentes pueden intensificarse.

Un buen punto de partida para abordar estos sentimientos es examinar críticamente tus emociones y tu estilo de vida actual. Realiza un ejercicio introspectivo y pregúntate:

  • ¿Cómo te sentías con tu cuerpo antes del embarazo?
  • ¿Sobre qué áreas de tu vida sientes que tienes control?
  • ¿Ha cambiado drásticamente tu horario?
  • ¿Cuentas con algún tiempo dedicado sólo para ti?
  • ¿Puedes dedicar algún tiempo a conocer tu nuevo cuerpo a través de la meditación/yoga/ejercicio?

Sugiero intentar empezar a cultivar el amor por el cuerpo que tienes actualmente. Estos cambios reflejados en tu cuerpo pueden simbolizar el milagro de la vida: la prueba de que trajiste una criatura al mundo. En ocasiones la maternidad le da un sentido particular a la vida de las mujeres, incluso, podría significar la materialización de un sueño o aspiración.

Es especialmente importante prestar atención a los pensamientos negativos y/o declaraciones críticas que puedas decirte a ti misma sobre tu cuerpo. Cuando te escuches decirlas, intenta preguntarte: ¿Es esto realmente cierto? ¿Diría esto de otra persona? Este proceso es parte de un conjunto de técnicas cognitivo-conductuales que se utilizan para reducir el diálogo interno negativo. Puede ser útil aumentar la conciencia de la frecuencia con la que uno se involucra en un diálogo interno negativo y contrarrestarlo con declaraciones más positivas.

En términos de preocupación por volver a quedar embarazada, a algunas mujeres les resulta útil volver a su obstetra/ginecólogo para asegurarse sobre las tasas de embarazo del método anticonceptivo específico que se está utilizando y adoptar otros que puedan ser más eficientes. Otras también registran su ovulación para ayudar a garantizar que no tengan relaciones sexuales durante los períodos fértiles. Esto, aunque no ofrece garantías, podría ayudar a tener más tranquilidad, sobre todo si se combina con algún otro método anticonceptivo. Tu pareja sexual también puede utilizar algún método de prevención, si esto está bien contigo. A menudo resulta útil crear un diálogo interno para ayudar a contrarrestar la ansiedad que puede provocar esta situación, con afirmaciones que contrarresten los miedos y las inseguridades.

A algunas parejas les resulta útil reavivar su intimidad comenzando con un contacto no sexual y aumentando gradualmente sus niveles de contacto físico. A muchos padres y madres primerizos les resulta útil buscar terapia individual o de pareja para obtener ayuda a la hora de afrontar las múltiples transiciones de la paternidad. Pero sobre todo recuerda: es completamente normal lo que estás sintiendo luego de tu embarazo; luego de seis meses a un año la situación tiende a mejorar.

Qué todo salga bien.

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¿Cómo se puede aprender a confiar?

Luego de varias experiencias negativas, me siento que no puedo confiar en nadie. Debido a muchas situaciones a lo largo de mi vida, no veo cómo se puede confiar otra vez en alguien.  Como el resto de la humanidad siempre tendré el deseo de querer estar cerca de alguien, pero al no poder confiar en nadie no veo cómo eso será posible alguna vez. ¿Cómo se puede aprender a confiar?

Respuesta del Psicólogo

La confianza puede ser una de las partes más importantes de una relación; la falta de confianza también puede ser la más dañina. Tu dificultad para confiar en los demás no es tan infrecuente.  De hecho, recientemente contesté una pregunta muy similar a la tuya. Esta dificultad para confiar en los demás puede desarrollarse por muchas razones. Las razones más comunes para esto incluyen experiencias negativas previas en relaciones que han ayudado al individuo a desarrollar temores de ser lastimado o simplemente reforzaron temores que ya existían. Sabemos que la confianza comienza muy temprano para todos nosotros, cuando somos bebés y dependemos de nuestros cuidadores para alimentarnos, protegernos y consolarnos. A veces, nos apegamos demasiado al padre del mismo sexo y nunca desarrollamos el vínculo de confianza con otras personas del sexo opuesto. Cuando quienes nos rodean no nos cuidan adecuadamente, nuestra confianza en los demás puede verse afectada en el futuro. No aprender a confiar puede provocar un distanciamiento emocional en las relaciones cercanas. La buena noticia es que incluso si no experimentamos confianza en una etapa temprana de la vida, podemos aprender a hacerlo nuevamente.

Comienza por comprender que es innato en todos nosotros confiar y apegarnos a otras personas. A pesar de haber sido herido en relaciones anteriores, creo que esta necesidad persiste. Sin embargo, nos coloca en esa situación de querer confiar en las personas, pero tener miedo de hacerlo realidad. Queremos estar cerca e íntimos, pero tenemos miedo de hacer algo al respecto. Reconocer que necesitamos confiar en los demás genera sentimientos incómodos de vulnerabilidad. Ser vulnerables es un lugar muy difícil para nosotros. Algunos de nosotros preferiríamos estar seguros que sentirnos vulnerables. Veo en mi práctica que muchas personas se acostumbran a vivir en desconfianza, sacrificando la felicidad y el apego.

Creo que tenemos que estar dispuestos a arriesgarnos para seguir adelante. Una realidad difícil de afrontar es que podríamos volver a ser heridos. Es necesario aceptar que en la vida no hay garantías. Muchos de nosotros tenemos que aprender que, aunque el dolor es grande cuando nos lastiman, no nos matará. Será difícil, pero no moriremos. Realmente tenemos que creer que sobreviviremos al final de una relación y que estaremos bien.

Considera la siguiente guía:

Toma tu tiempo. Después de haber sido heridos y pasar por una pérdida necesitamos tiempo para recuperarnos psicológicamente. Necesitamos distancia y tiempo para sanar, poner las cosas en perspectiva y llorar. A menudo nos golpean repentinamente sentimientos de soledad y la tentación de volver a entablar una relación con esa persona o alguien nuevo puede ser abrumadora. Necesitamos tiempo para estar solteros, con nosotros mismos y solos. Este suele ser un período de tiempo considerable en el que crecemos enormemente. Permítete el privilegio de ese crecimiento.

Sé selectivo. Toma decisiones más saludables sobre con quién eliges ser vulnerable. Necesitamos reflexionar realmente sobre las situaciones en las que nos colocamos y decidir si son las mejores. Para muchas parejas con las que trabajo en las que una persona ha sido infiel, la pareja a menudo necesita espacio para sanar y luego sentirse segura con la otra persona antes de que puedan siquiera comenzar a hablar sobre reconstruir la confianza. Si no puede regresar a una situación que le permita sentirse seguro, a menudo recomiendo no regresar.

Sé asertivo. Finalmente, cuando estés en una nueva relación, ten la disposición de hablar sobre tus reservas y temores. Sé asertivo acerca de sus expectativas y pon tus pensamientos sobre la mesa para que ambos tengan la oportunidad de intentar resolverlos. Aquí es donde podrás practicar cómo ser vulnerable con la persona adecuada. Lo creas o no, la confianza puede desarrollarse al compartir y ser vulnerable con los demás.

Qué todo salga bien.

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