La vagina: datos curiosos

El clítoris tiene 8,000 terminaciones nerviosas destinadas al placer sexual, aproximadamente el mismo número que se encuentra en la punta del pene, pero en el caso de la mujer, por ser el clítoris significativamente más pequeño, la densidad de las terminaciones nerviosas es aproximadamente 50 veces mayor.

Muchos mitos y desinformación rodean a la vagina. Por ejemplo, existe la creencia popular de que el himen, la membrana que cubre parcialmente la abertura de la vagina, sólo puede romperse durante la primera relación sexual. Si bien esto es común, el himen podría romperse en muchas otras circunstancias, como durante el ejercicio vigoroso. Además, en los últimos años se han publicado estudios que confirman la existencia de la eyaculación femenina, según la revista Clinical Anatomy. Esto ha desatado una controversia en la comunidad médica sobre si en efecto existe, esto a pesar de los estudios publicados que sugieren que el fenómeno es real.

Aquí siete datos curiosos que vale la pena conocer sobre la vagina de una mujer que ayudan a separar la realidad de la fantasía:

La vagina es solo una parte interna de la genitalia femenina

A veces, a toda la región genital de una mujer se le denomina vagina. Pero, de hecho, la parte exterior de la genitalia femenina se llama vulva. Eso incluye los labios internos y externos, el clítoris, la capucha del clítoris y la abertura de la uretra y la vagina. La vagina en realidad es una estructura interna, junto con otras partes del sistema reproductor femenino, incluidos el cuello uterino, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio (que a veces se denominan oviductos).

Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos del suelo pélvico

Los ejercicios de Kegel pueden ayudar a las mujeres que tienen problemas para alcanzar el orgasmo, según The Journal of Sexual Medicine, pero también fortalecen los músculos del suelo pélvico. Esto puede ayudar a las mujeres que tienen problemas para retener la orina, las heces o los gases. Estos ejercicios se pueden hacer prácticamente en cualquier lugar. Para hacer un ejercicio de Kegel, actúa como si fueras a dejar de orinar y mantenlo así durante un par de segundos, o puedes introducir el dedo en la vagina y tensar los músculos. Existen otras variantes de ejercicios de Kegel y también hay disponible para la venta una variedad de instrumentos que te pueden ayudar en la realización de estos ejercicios. Estos ejercicios también se pueden utilizar para ayudar con el prolapso de órganos pélvicos. El prolapso de órganos pélvicos es una afección en la que los órganos de la pelvis, como la vejiga, descienden y empujan contra la vagina.

Los suplementos probióticos pueden ayudar a mantener el equilibrio de la vagina

Los probióticos, también conocidos como «bacterias amigables», se han convertido en un tratamiento popular contra las bacterias «malas» que pueden causar daño al cuerpo. Alguna evidencia sugiere que ayudan a la digestión y combaten la diarrea y la inflamación intestinal. Algunos estudios también han insinuado que el uso de probióticos podría ayudar contra las infecciones vaginales, como las infecciones por hongos, pero no hay pruebas clínicas suficientes para hacer una recomendación específica en este sentido. Es necesario realizar más investigaciones para decir con seguridad cuándo, cuánto y qué tipo de probióticos son útiles.

Fluidos que deben preocupar a las mujeres

Aunque la vagina se considera un órgano que se limpia solo, y algo de secreción es normal, eso no significa que no sea vulnerable. Cualquier flujo vaginal que parezca excesivo, doloroso, irritante o de mal olor debe ser evaluado por un médico. Algunas mujeres intentan diagnosticar sus propias infecciones vaginales en casa y utilizan medicamentos de venta libre. Infortunadamente, las investigaciones han demostrado que los pacientes no son muy precisos cuando se trata de autodiagnóstico. Se recomienda que las mujeres sean evaluadas por un médico si hay una secreción anormal. Aunque a veces puede ser tan simple como una candidiasis, otras veces la infección puede ser más complicada, o incluso una infección de transmisión sexual.

El sexo puede mantener la vagina sana

A lo largo de las distintas etapas de la vida de las mujeres, incluidos el parto y la lactancia, así como el envejecimiento normal y la menopausia, el cuerpo sufre cambios hormonales que podrían provocar resequedad vaginal. El estrógeno ayuda a mantener la vagina sana y lubricada. Una vez que los niveles de estrógeno bajan, la vagina puede secarse y, a veces, incluso ser una fuente de dolor para la mujer. Los expertos dicen que tener relaciones sexuales puede evitar que la vagina se vuelva delgada y rígida. Las relaciones sexuales vaginales seguras pueden ayudar a mantener la vagina sana y dilatada. A pesar de eso, para ayudar a que las relaciones sexuales sean más cómodas, se sugiere el uso de lubricantes. Y para las mujeres que experimentan resequedad y malestar extremos, el uso de terapias hormonales en forma de pastillas, parches, anillos vaginales o cremas puede ser una opción. Ciertos tipos de terapia hormonal presentan algunos riesgos, por lo que es importante que las mujeres lo hablen con su médico antes de tomar la decisión de usarlas.

Bacterias buenas y malas

Es normal tener bacterias en la vagina. De hecho, existen unas bacterias conocidas como lactobacilos que mantienen la acidez de la vagina en el rango normal. Pero a veces el equilibrio entre las bacterias buenas y malas puede verse alterado. Cuando eso sucede, las mujeres pueden experimentar una secreción que huele mal o tener una sensación de picazón o ardor. Pero hay formas en que las mujeres pueden mantener sus vaginas sanas y mantener presentes las bacterias buenas. Algunos médicos recomiendan evitar las duchas vaginales y evitar lavar la vagina con cualquier cosa que pueda matar a los lactobacilos y provocar un crecimiento excesivo de otros tipos de bacterias problemáticas. También se recomienda usar jabones para limpiar solo las áreas de la piel cubiertas de pelo. Para limpiar las zonas donde no hay pelo es suficiente el agua, afirman profesionales en la materia.

El clítoris es mucho más grande de lo que parece

El clítoris tiene 8,000 terminaciones nerviosas destinadas al placer sexual, aproximadamente el mismo número que se encuentra en la punta del pene, pero en el caso de la mujer, por ser el clítoris significativamente más pequeño, la densidad de las terminaciones nerviosas es aproximadamente 50 veces mayor. El clítoris, que es un pequeño órgano rosado que se encuentra debajo de una capucha, es una fuente inagotable de placer para las mujeres. Aunque se extiende dentro de la vagina entre 3 y 4 pulgadas, el clítoris se considera un órgano «externo».

Cómo los conceptos psicológicos erróneos impiden la satisfacción sexual de las mujeres

Las mujeres tienen muchos menos orgasmos que los hombres de manera significativa. A este fenómeno se le conoce científicamente como la “brecha del orgasmo”. Y está documentado en la literatura científica desde hace más de 20 años a la saciedad.

Imagina una escena de sexo apasionante entre una mujer y un hombre de tu programa de televisión o película favorita. Es probable que ambas partes lleguen al orgasmo. Pero esto no refleja la realidad, porque durante los encuentros sexuales heterosexuales, las mujeres tienen muchos menos orgasmos que los hombres de manera significativa. A este fenómeno se le conoce científicamente como la “brecha del orgasmo”. Y está documentado en la literatura científica desde hace más de 20 años a la saciedad.

En un estudio de más de 50,000 personas, el 95% de los hombres heterosexuales dijeron que usualmente o siempre tenían un orgasmo cuando tenían intimidad sexual, mientras que sólo el 45% de las mujeres heterosexuales dijeron lo mismo. Las investigaciones muestran que algunas personas creen que esta brecha se debe a que los orgasmos de las mujeres son biológicamente difíciles de alcanzar. Sin embargo, si esto fuera cierto, las tasas de orgasmo de las mujeres no diferirían según las circunstancias. De hecho, muchos estudios muestran que las mujeres tienen más orgasmos cuando están solas que con su pareja. Al menos el 92% de las mujeres tienen un orgasmo cuando se dan placer a sí mismas. Las mujeres también tienen más orgasmos cuando están en relaciones de compromiso en comparación con el sexo casual. En un estudio de más de 12,000 estudiantes universitarios, sólo el 10% de las mujeres dijeron que tuvieron un orgasmo durante las relaciones sexuales casuales, mientras que el 68% dijo que tuvieron un orgasmo durante las relaciones sexuales que ocurrieron en el contexto de una relación de compromiso. Las mujeres también tienen más orgasmos cuando tienen relaciones sexuales con otras mujeres. En un estudio realizado, el 64% de las mujeres bisexuales dijeron que generalmente o siempre tienen un orgasmo cuando tienen intimidad sexual con otras mujeres.

¿Por qué ocurre esto? En todos estos escenarios donde las mujeres llegan más al clímax, hay un mayor enfoque en la estimulación del clítoris, ya que muchos científicos afirman que los orgasmos vaginales no existen. La mayoría de las mujeres necesitan estimulación del clítoris para llegar al orgasmo, lo cual tiene sentido dado que el clítoris y el pene se originan del mismo tipo de tejido. Y tanto el clítoris como el pene están repletos de terminaciones nerviosas sensibles al tacto y tejido eréctil.

En mi trabajo como psicólogo de parejas, le he preguntado a muchas mujeres: «¿Cuál es tu ruta más confiable hacia el orgasmo?» Sólo el 4% dice penetración. El otro 96% dice estimulación del clítoris, sola o combinada con penetración. Entonces, la razón principal de la brecha en el orgasmo es que las mujeres no obtienen la estimulación del clítoris que necesitan. Y los mensajes culturales sobre la supremacía del coito o la penetración vaginal alimentan esta noción. De hecho, innumerables películas, programas de televisión, libros y obras de teatro retratan a mujeres que alcanzan el orgasmo únicamente con el coito o penetración vaginal, y a veces llegan al extremo de sugerir lo mismo de la penetración anal.

Las revistas masculinas populares también dan consejos sobre posiciones sexuales para llevar a las mujeres al orgasmo. Y aunque algunas de las posiciones incluyen la estimulación del clítoris, el mensaje sigue siendo que el coito o la penetración vaginal es el acto sexual central y más importante.

El lenguaje utilizado en estas fuentes –y en la sociedad en su conjunto– refleja y perpetúa esta sobrevaloración de las relaciones sexuales. Se usan las palabras «sexo» y «coito» (penetración vaginal) como si fueran lo mismo. Se le resta importancia a la estimulación del clítoris que viene antes del coito como parte de los «juegos previos», implicando que es una forma menor de sexo, y ciertamente para las mujeres no lo es.

Múltiples estudios han demostrado que tales mensajes dan la idea de que el sexo debe desarrollarse de la siguiente manera: juegos previos (sólo para preparar a la mujer para el coito), coito, orgasmo masculino y fin del sexo. En esta versión del sexo, el trabajo del hombre es «darle» a la mujer un orgasmo durando mucho tiempo y empujando con fuerza y energía. No es de extrañar que las investigaciones realizadas en el área encuentren que los hombres se sienten más masculinos o “más hombres” cuando su pareja tiene un orgasmo durante el coito. Y no sorprende que las mujeres finjan orgasmos, principalmente durante el coito, para proteger el ego de su pareja. De hecho, los estudios sugieren que entre el 53% y el 85% de las mujeres admiten fingir orgasmos con regularidad en la relación.

Sin embargo, hay esperanza, porque dado que los factores culturales son responsables de la brecha en el orgasmo, cambiar la forma en que vemos el sexo y las relaciones sexuales ayudará a mejorar las experiencias sexuales de las mujeres. De hecho, es importante educar a la gente sobre el hecho de que las mujeres no tienen una capacidad biológica limitada para alcanzar el orgasmo. Del mismo modo, la educación tanto para hombres como para mujeres sobre el clítoris podría cambiar las reglas del juego.

Aún así, es poco probable que ese conocimiento por sí solo cierre la brecha del orgasmo a nivel personal. Las mujeres también necesitan empoderarse y adquirir habilidades para poner en práctica este conocimiento. Esto significa que se debe alentar a las mujeres a masturbarse para aprender lo que quieren sexualmente. Y esto debe ir acompañado de capacitación en comunicación para que puedan compartir esta información con sus parejas. Las mujeres deben sentirse con derecho a su propio placer y entender que el sexo no es algo que ellas hacen únicamente por el placer de su pareja. Los cónyuges pueden turnarse para tener orgasmos mediante sexo oral o estimulación manual, donde ella tiene un orgasmo seguido del coito. Alternativamente, las mujeres pueden tocarse con las manos o con un vibrador durante el coito. Las investigaciones muestran que las mujeres que usan vibradores tienen más orgasmos.

La igualdad en el orgasmo es mucho más que tener sexo de calidad. Varias mujeres indican que una vez se sintieron empoderadas en el dormitorio, tuvieron más confianza en el resto de su vida.

Es importante destacar que, según un estudio, sentirse con derecho al placer aumenta la seguridad y capacidad de la mujer para decirle a su pareja lo que quiere sexualmente y su disposición para protegerse sexualmente. De hecho, este estudio encontró que sentirse con derecho al placer sexual aumentó la confianza de las mujeres para negarse a realizar actos sexuales con los que no se sentían cómodas y a usar protección contra el embarazo y las infecciones de transmisión sexual.

Según otro estudio sobre educación sexual y placer, cuando los jóvenes aprenden que el sexo debe ser placentero, es menos probable que lo utilicen de forma manipuladora y dañina. Por lo tanto, enseñar que el sexo es un acto de placer para ambas partes, más que algo que se le hace a las mujeres para el placer de los hombres, también podría ayudar a disminuir los niveles de violencia sexual.