El consumo de alcohol y el proceso terapéutico

Si uno o ambos cónyuges tiene problemas con la bebida, estos deben ser resueltos previo a entrar en terapia de parejas, de lo contrario, este proceso no funcionará. En terapia, los problemas con la bebida son de los más conflictivos y pervasivos puesto que las personas tienden a privilegiar este consumo por encima del bienestar de la relación: generalmente, existe muy poca o ninguna disposición por parte del cónyuge (o los cónyuges) con el problema a aceptar, abandonar y/o modificar sus hábitos de consumo de alcohol. Y esto es así porque las personas tienden a sentirse cómodas con el autoengaño, toda vez que la mayoría considera normal el consumo excesivo de alcohol como un componente esencial de la «vida social».

La normalización del consumo de alcohol entonces se refiere a la amplia disponibilidad y aceptación social del alcohol en Puerto Rico. Esto también incluye la aceptación social de emborracharse o beber en niveles riesgosos.

Los estudios muestran que las mujeres que mantienen relaciones con hombres que luchan contra el abuso de alcohol experimentan tasas más altas de depresión, ansiedad, problemas de salud física y perturbaciones laborales y sociales. Existe una correlación directa entre el consumo de alcohol en las relaciones y la calidad de la intimidad entre las parejas. Más específicamente, la gravedad de la angustia en la relación está influenciada grandemente por el consumo de alcohol de uno (o ambos) de los cónyuges. Las relaciones sexuales son una forma de intimidad y la adicción al alcohol puede afectar negativamente este aspecto al alterar los procesos corporales normales. Puede contribuir a la disfunción sexual, afectar en deseo y la excitación, y la calidad de la intimidad sexual entre las parejas.

La infidelidad es otro factor que se ve impactado por el abuso del alcohol en la relación. La infidelidad no sólo rompe el vínculo de confianza entre la pareja, sino que también puede ser un factor que contribuya al divorcio. Las investigaciones muestran que las personas que abusan del alcohol tienen más probabilidades de cometer infidelidad que aquellas que no lo hacen. Por otro lado, el consumo de alcohol es un factor común en situaciones donde ha ocurrido violencia doméstica. Cuando una persona está intoxicada, sus emociones, su autocontrol, su juicio y su toma de decisiones se ven afectados. Esto contribuye a la fuerte correlación entre el consumo excesivo de alcohol y la violencia doméstica. Infortunadamente, los estudios demuestran consistentemente que, independientemente del sexo de la persona que abusa del alcohol, si al menos uno/a de los/as dos en la relación lo hace, el riesgo de violencia doméstica es alto… Muy alto.

Impacto del abuso del alcohol en la relación

  • Usted o su pareja no realizan tareas apropiadas para su edad, como terminar la escuela.
  • Usted o su pareja no se compromete a tener una relación romántica saludable.
  • Usted o su pareja no está disponible emocionalmente, se distancia emocionalmente o se desentiende de la relación.
  • Su relación experimenta un aumento de conflictos, desacuerdos y peleas (tanto verbales como físicas).
  • Los cónyuges comienzan a sentirte menos satisfechos en la relación.
  • Usted o su pareja realiza insinuaciones sexuales no deseadas por el otro.
  • El proceso de razonamiento entre los cónyuges se torna imposible: se afecta seriamente la capacidad para el pensamiento lógico y ordenado, y surge la sensación de que hablan idiomas distintos.
  • Usted o su pareja empieza a pasar más tiempo en situaciones sociales donde el alcohol está presente.

 

Honra tus propias necesidades emocionales primero

El bienestar de la relación depende en gran medida del bienestar de los cónyuges en su carácter individual. Es frustrante cuando sientes que deberías poder arreglar las cosas en tu relación, pero la otra persona se niega a ayudar y no parece importarle mucho.

Ya sea que estén juntos en terapia o de forma individual, el ingrediente clave para el éxito es la motivación para el cambio. No es todo lo que necesitas, pero nada funcionará sin esto.

Una de las mejores cosas que puedes hacer para solucionar esa angustia es encontrar tu propio terapeuta. Puede que incluso esta alternativa se acerque más a lo que tenías en mente toda vez que con mucha frecuencia existen problemas y diagnósticos de salud mental a nivel personal que son necesario atender. Muchas personas que acuden a un psicólogo de parejas se sienten frustradas cuando descubren que el terapeuta focaliza en las necesidades de la relación más que en las necesidades de los cónyuges en su carácter individual. Además, la terapia de pareja no funciona a menos que ambas personas en la relación estén igualmente comprometidas.

¿Cómo podría la terapia individual afectar tu relación?

Ir a terapia individual cuando estás en medio de una relación problemática podría llevar a varios resultados:

  • Es posible que te des cuenta de que quieres terminar la relación.
  • Es posible que encuentres formas de aceptar o lidiar con las deficiencias de tu pareja o las limitaciones de la relación, especialmente si descubres otras formas de atender tus necesidades insatisfechas.
  • El trabajo terapéutico personal podría cambiar la naturaleza de las peleas o discusiones que tienen, lo que conducirá a una mayor claridad o compromiso mutuo en el proceso de cambio.

Pase lo que pase, debes saber que, si bien no puedes controlar ni “arreglar” a tu pareja, tienes el derecho y la libertad de cuidar de ti mismo/a.