La frecuencia con que asistes a
terapia es instrumental en el logro de las
metas del tratamiento. La irregularidad en la asistencia disminuye grandemente las probabilidades de éxito. La consistencia y la adherencia al tratamiento son factores clave en el fortalecimiento de la relación.
Relación con el proceso terapéutico
- Asistir con regularidad a terapia de pareja permite dar continuidad al proceso, evitando que los avances se pierdan entre una sesión y otra.
- La constancia facilita que la pareja mantenga el foco en sus objetivos terapéuticos, en lugar de volver a viejos patrones de conflicto y evitación.
- La asistencia regular ofrece un espacio estable para procesar emociones difíciles y eventos recientes, sin acumular tensiones que luego estallan de forma descontrolada.
- La terapia funciona como un entrenamiento: cuanto más frecuente y constante es la práctica de nuevas habilidades, más fácil resulta integrarlas en la vida diaria de la relación.
- La regularidad fortalece la alianza terapéutica entre la pareja y el profesional, lo que incrementa la confianza, la apertura y la profundidad del trabajo clínico.
- Acudir puntualmente envía un mensaje de compromiso mutuo: “esta relación es importante y vale la pena el esfuerzo”, lo cual tiene un impacto simbólico positivo en el vínculo.
- Las sesiones periódicas permiten monitorear el progreso, ajustar las intervenciones y redefinir objetivos según las necesidades cambiantes de la pareja.
- La asistencia irregular o intermitente suele interrumpir procesos delicados, dejar conversaciones a medias y dificultar la consolidación de cambios significativos en la relación.
