Los cambios generacionales y las creencias sobre el sexo

Los Millennials son más receptivos al sexo premarital y a las sexualidades alternas en comparación con cualquier otra generación, sin embargo, no son tan activos sexualmente como se esperaría.

Podemos notar en la literatura que la aceptación del sexo premarital y de sexualidades alternas ha ido cambiando considerablemente y de forma ascendente a través de los años y de las generaciones.

El cambio mayor ha sido entre la Gran Generación nacida en los tempranos 1900 y los Boomers nacidos en la década de 1940 y 1950. Sin embargo, los Millennials nacidos entre 1980 y 1990 se muestran más receptivos al sexo premarital que los nacidos en 1960 y pertenecientes a la Generación X. La aceptación del sexo premarital aumentó de un 42% para la Generación X a un 58% para los Millennials, y la aceptación de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo aumentó de 13% en el 1990 a un 44% en el 2012.

La cantidad de parejas sexuales que una persona ha tenido también ha tenido modificaciones. Esta ha variado de 2.16 para la Gran Generación a 11.68 para los Boomers y 8.26 para los Millennials. Ciertamente e indiscutiblemente, los Millennials son más receptivos al sexo premarital y a las sexualidades alternas en comparación con cualquier otra generación, sin embargo, no son tan activos sexualmente como se esperaría. Mencionan algunos expertos que esto es consistente con las características propias de una generación –tolerante e individualista– que promueve la aceptación de las elecciones personales de otros/as y el realizar las propias.

Estos cambios en actitudes y conductas referente a la sexualidad podrían relacionarse con el creciente individualismo en la cultura estadounidense, la cual pone más énfasis en las necesidades individuales y en una actitud más relajada hacia la sexualidad.

La sexualidad y el bienestar personal

Las personas tienden a sentir más emociones positivas luego de tener sexo y esto se refleja en sus vidas diarias.

Es importante conocer que tan importante como el desempeño durante la actividad sexual, también lo es el recordar que el sexo es un factor significativo en la sensación de bienestar personal y para cultivar la intimidad con la pareja. Poco se conoce acerca de las razones del porqué el sexo está positivamente correlacionado con el bienestar personal. Lo que sí sabemos es que el sexo está positivamente asociado con el bienestar debido a que promueve las manifestaciones de afecto entre los cónyuges. El sexo no sólo está asociado con la mejoría del estado de ánimo, sino también con la satisfacción a largo plazo en la relación.

Se ha encontrado que la sensación de felicidad está fuertemente relacionada con el bienestar personal. El bienestar psicológico es un concepto multidimensional. Las personas que experimentan una sensación de bienestar personal, poseen una adecuada autoestima, actitudes y sentimientos positivos, ausencia de estados de ánimos y emociones no placenteros, y son capaces de manejar adecuadamente sus niveles de estrés y los pensamientos negativos. El bienestar psicológico se caracteriza por el funcionamiento óptimo en la dimensión social e individual. Es acerca de sentir que la vida transcurre bien. Es la combinación de sentirse bien (física, espiritual y mentalmente) y funcionar efectivamente.

Las personas tienden a sentir más emociones positivas luego de tener sexo y esto se refleja en sus vidas diarias. Esto es debido, en parte, a la sensación de recibir más afecto de la pareja y de expresar lo mismo de manera recíproca al momento de tener sexo, y este efecto tiende a permanecer por varias horas luego de la actividad. Por lo tanto, la calidad del vínculo con la pareja es esencial para entender los beneficios del sexo. La actividad sexual tiene muchos beneficios a largo plazo, entre ellos, las personas sienten más emociones positivas (como el optimismo y la alegría) de forma periódica.

Así que la frecuencia adecuada en el contacto sexual junto con la incorporación de actividades que promuevan la intimidad es esencial para maximizar los efectos de esta práctica en el bienestar personal y de la pareja.