Reciprocidad en la relación

Pregúntate cómo te gustaría ser tratado/a.   La respuesta a esta pregunta puede que no determine cómo te relacionarás con tu pareja puesto que no necesariamente el trato que desees para ti es el mismo que tu pareja desee para sí.  Sin embargo, esta pregunta es importante toda vez que inicia un proceso reflexivo que podría ser determinante en una relación de pareja armoniosa.  Así que considera las consecuencias de tus palabras y acciones.  Pregúntate cómo te gustaría que te hablaran o te cuidaran.  Explora posibles similitudes; aprende cosas nuevas; llévalo a la práctica.  Recuerda que la generosidad crea generosidad.   Encontrarás que el brindarle un buen trato a los demás, incluida tu pareja, hará que tú vida sea menos complicada y más gratificante.

 

La relación en un pedestal

Todas las relaciones batallan con los conflictos del diario vivir.  Muchas veces esto entra en contradicción con la imagen que se muestra en los medios de comunicación sobre lo que supuestamente debería ser una buena relación.   Con frecuencia, las parejas se ven presionadas a mostrar frente a los demás un modelo de relación perfecta.   Lo cierto es que la relación perfecta es aquella donde los cónyuges aprenden a lidiar saludablemente con las debilidades mutuas y propician las condiciones para que su vínculo se fortalezca día a día.  Así es que no pongas tu relación en un pedestal.  No la idealices ni te niegues a verla tal cual es.  No pretendas proyectar una imagen de la relación que no es real.  Sólo de esta forma podrás tomar las medidas necesarias para manejar las imperfecciones exitosamente y salir adelante.